- ¿Y en lo futbolístico?
- Me trajeron para dar resultados inmediatos y se dieron. En esta segunda parte, si no hubiésemos hipotecado esos nueve partidos de la Copa, hoy estaríamos en otra etapa. Al técnico lo tenés que analizar cuando se va y ahí ver cómo estaba el equipo. ¿Le tiraban huevos? Bueno, salió campeón. ¿Se fue y lo dejó en descenso? El objetivo es terminar como estaba al inicio de la temporada: 68 y 39 puntos. Estamos a diez de ese objetivo.
- ¿Te arrepentís de haber hipotecado el promedio por la Sudamericana?
- No, porque la felicidad del 8 de diciembre no la cambio por nada. Prefiero sufrir ahora que no haberla ganado. Ahora tenemos este pequeño gran problema del promedio...
- ¿Qué condiciones vas a poner en junio?
- De todo. Armar el plantel, quién se va, quién sigue.
- Pero que no que te pase lo de Teófilo Gutiérrez...
-No, los directivos son conscientes de que es un semestre único...
- En diciembre también se hablaba de que este semestre era único... ¿Y?
- Y tuvimos 15 días fatídicos que nos dejaron afuera de todo: River y Arsenal nos metieron en el promedio y lo de Godoy Cruz nos dejó afuera de la Copa. Yo, seguramente, habré hecho cosas mal. Sé qué, pero no es momento de decirlo.
- ¿Y la depuración tiene que ser grande?
- Sí y no. Hay que renovar caras, traer otro tipo de jugadores. Yo necesito 25 para jugar, que sepa lo que me pueden dar, más los juveniles que te puedan ayudar ante algún problema.
- ¿Te arrepentís de alguna decisión que tomaste?
- Aprendí. Pero no me arrepiento. Las decisiones ya están tomadas.
- ¿Cuáles fueron tus aciertos como técnico?
- Hablar de uno es peyorativo. Puedo hablar de mis errores, como no haber dejado un equipo fijo en vez de rotar de a cinco jugadores. Hubo un momento en el que no sabía para dónde arrancar... Fueron 15 días de mucha confusión. Por un lado estaba la Copa al alcance y el promedio acechando, y eso generó mucha incertidumbre.
- ¿Te pasó de no saber quiénes eran los titulares y los suplentes?
- Yo sabía cuáles eran mis titulares, pero el nivel se fue emparejando, unos subieron, otros bajaron...
- Si no hubieras ganado la Sudamericana...
- ... Yo creo que me hubiesen limpiado mucho tiempo antes, en diciembre.
- ¿Cuántas veces pensaste en irte?
- Nunca dije “me voy” en un vestuario, ni en el peor escenario, que fue el 0-3 con Arsenal. Aunque tengo la valija hecha como en Gran Hermano: cada partido es una nominación... (se ríe). Si me voy con este problema ahora tiene que venir Harry Potter.
- ¿Debés ser más conductor de grupo que DT?
- Independiente necesita que los jugadores tengan en claro lo que tienen que hacer en la cancha.
- ¿Hoy un jugador no sabe lo que tiene que hacer?
- Ehh, yo creo que no. El jugador tiene mucha técnica, velocidad, fuerza, pero después necesita mucho de la confianza de un técnico y ahí aparece el conductor del grupo. Pero primero es el tema táctico, elegirlos, mostrarles la manera de jugar, convencerlos... Después hay situaciones que el técnico no puede manejar: que la pelota pegue en el palo y salga o los diez minutos finales ante All Boys. Debemos corregir ese mal porque en cuanto tenemos un poquito de debilidad táctica nos caemos física o mentalmente...
- ¿Qué pasó con tu columna vertebral?
- Hilario se lastimó, Tuzzio jugó siempre, Battión tuvo una lesión y Silvera siempre estuvo en los partidos claves. ¿Quién me falta?
- Matheu y Fredes.
- La columna es el 1, 2, 5 y 9. Y tengo siete u ocho jugadores que son titulares y después el resto pelea.
- ¿Cambió esa columna?
- Hilario está de vuelta, Tuzzio y Silvera están y Pellerano se ganó un lugar hace varias fechas. Prefiero que jueguen Fredes o Iván Pérez con él o con Battión; no juntos de entrada.
- ¿Te faltan jugadores que sean DT en la cancha?
- Sí, lo hemos hablado. Falta que tomen más decisiones en momentos puntuales.
- ¿Quién es el capitán de este equipo?
- Tuzzio y Matheu.
- ¿No juega en contra?
- El capitán del grupo es Matheu. Junto a los más grandes, Tuzzio, Silvera y Mareque, organiza lo grupal pero no hay un líder marcado, marcado.
- ¿Y el capitán técnico?
- Hay uno. Los compañeros saben quién es. Es de perfil bajo pero no es momento de nombrarlo, porque por lo que la viene luchando se ha ganado un lugar.
- Se vencen contratos, ¿le pedirías a alguno que trate de quedarse?
- No me meto porque cada uno defiende su bolsillo.
- ¿Hay alguno que querés que sí o sí se quede?
- Sí, son dos o tres.
- ¿Hay intransferibles?
- Hilario y Tuzzio renovaron. Tengo la columna vertebral armada. Los demás son jóvenes y se pueden ir todos. Cuqui debe quedarse.
- ¿Cuándo fuiste consciente del problema del descenso?
- Tras perder con Tigre...
- ¿Te asustaste?
- No, no... Tomé las precauciones y lo enfrenté.
- ¿Y creés que el plantel lo entendió como vos?
- Le tardó en caer la ficha, pero el tema siempre fue real porque en 12 fechas sacamos pocos puntos. El problema lo compramos nosotros y lo tenemos que arreglar nosotros. Lo increíble es que después de salvarnos de esto tenemos un paraíso por delante. Dependerá mucho que no me equivoque en las decisiones. Pero si no nos ponemos de acuerdo con los directivos, es un motivo para agarrar la valija de Gran Hermano.
- ¿Alguna vez el grupo se te fue de las manos?
- Hubo un momento en que tambaleamos, cuando fuimos a jugar ante la Liga a Ecuador. Hubo varias reuniones, nos dijimos varias cosas... Todo viene por el off the record. Si yo tuviese alguna certeza sobre algo de mala fe de algún jugador, lo saco del plantel directamente. Si es una equivocación, como fue en el caso de Battión, se aclara y seguimos adelante
- ¿Lo de Battión te molestó por cómo lo dijo, porque trascendió...?
- Los planteos son adentro. ¿Saben quién marcaba a Ereros en el gol? Ni que me pasen con el coche por arriba lo digo. Para afuera, yo soy el responsable. Para adentro, busco las soluciones porque no tiene que volver a pasar. Hay lugares y momentos para hacer reclamos
- Cuando se fue de Boca, Borghi dijo que el vestuario era como hacer el amor con la ventana abierta. ¿Cómo es el vestuario del Rojo?
- Un poco celoso. Porque hay muchos jugadores para pocos lugares. Termina habiendo superposición de caciques. Es un vestuario noble, pero es como con los nenes cuando los retás: si sacás a uno tenés que ir a apapachar al otro...
- ¿El sistema va con los nombres o con el DT?
- Ante la mínima posibilidad, yo vuelvo a mi sistema: 3-4-1-2. Pero tengo que tener los jugadores para hacerlo. Por eso cuando hablamos de Guardiola y Mourinho, yo lo quisiera ver a Guardiola que haga jugar a otro equipo igual que al Barcelona. Por eso Mourinho es tan grande: hizo jugar a equipos como el Porto, el Inter, el Chelsea, con diferentes sistemas y le saca lo mejor a cada jugador.
- ¿Y siempre sentiste que tenías la capacidad para dirigir a Independiente?
- Me preparé seis años y medio. Ascenso, Primera, en México, acá... Por ahí tendría que haber descansado un poco y esperado a diciembre. Pero pensé: “Capaz que no me llega nunca más”, y agarré.
- ¿Y cuánto tiempo te gustaría quedarte?
- En la Argentina trabajé en dos clubes, tres años en cada uno... (Se agarra el pelo y se queda con algunos en la mano). ¿Ven cómo se caen, cómo salen? Esto no me había pasado nunca en mi vida. Siempre me crecen y hoy, por Independiente se me cae el pelo, ja. Me levanto en la concentración, miro la almohada y digo: “¿Quién estuvo acá?”. Hay como 20 pelitos y los junto, ja.
- ¿Y después del Rojo?
- Y... No sé qué me puede deparar la vida. ¿La Selección? Me encantaría. Siempre tenés que estar en la elite para ir a la Selección, aunque los últimos técnicos no hayan sido por sus logros en otros equipos.
- ¿Y estás en la elite?
- Me falta hacer jugar a un equipo grande realmente muy bien. Y eso se tiene que dar el semestre que viene. Salir campeón jugando como uno quiere. Eso te pone en la elite.
- ¿Tu papá te hizo hincha de Huracán?
- Sí. Yo, lamentablemente, se lo pasé a mis hijos, ja.
- ¿Lamentablemente?
- Con el 0-3 en el clásico con San Lorenzo, lloraban, y les grité: “Basta”. Y el más grande me dijo: “¿Sabés? Esto es culpa tuya. Tendrías que estar ahí”.
- La 19ª es con Huracán. Si llegan ambos comprometidos con el promedio...
- (Se ríe).
- ¿Bomba de humo?
- Sí.
- ¿Si vos llegás salvado?
- Me voy... Lo hablo en broma con los directivos, y con mi familia se toca el tema en la mesa casi siempre. Trato de evadirlo, pero me tiene muy mal.
- ¿Regalás los puntos?
- ¡No lo puedo hacer! Convivo con mis jugadores, sería una deslealtad.
- ¿Alguna vez te pidieron que fueras para atrás?
- Nunca. Si me lo piden no lo haría.
- 1991. Boca-Huracán, y vos con el arco libre del Globo la tiraste afuera...
- Fue inconsciente. Si lo hubiese querido hacer, no habría jugado... Lo de ahora ¡no quiero pensarlo más! Quiero que ganemos cinco partidos, no tener problemas y, si llega eso, antes de mandarlo al descenso me voy del país, digo que tengo un estudio en EE.UU. y desaparezco.
- ¿Te vas y no volvés?
- Quizá no me lo perdonan. Y si es así, qué voy a hacer. Es muy complicado... Hay un gimnasio en Huracán que lleva el nombre de mi hijo fallecido, mis otros hijos juegan ahí, mi mujer maneja 600 pibes del club. Un ejemplo, voy a ver a mi nene a fútbol y viene un papá y tira: “Ojo la última fecha, Turco”. Y el pibito agarra la pelota, y me dice: “Hay tres puntos seguros, ¿no?”. Es una carga emocional todo el tiempo.
- Juegan con San Lorenzo, ¿sale el hincha?
- No. Sería diferente si fuera el técnico de Huracán.
- ¿Volverías a Huracán?
- ¿Cómo no lo voy a hacer? Voy a ser presidente. Dame nueve años...
- ¿Quién es el Turco?
- (Piensa) Como me ven. Transparente, todo corazón, sin maldad ni doble discurso. No creo que me las sé todas. Y en el fondo soy un pirata. ¿Y en el fútbol? Un personaje más.
- ¿Personaje o persona?
- Una persona más. Soy así.
- ¿Cómo padre?
- Me creo el mejor, je. Con lo que pasé, trato de estar mucho con ellos. A veces, digo: “Puta, ¿por qué no me tomé seis meses para ir a buscarlos a la escuela? Es difícil. A veces, llego y los callo para escuchar la radio. No te podés sacar el chip. Estoy pero no les doy el tiempo que merecen.
- ¿Te critican?
- El más chico me arma el equipo. Me tiran palos como loco. El que falleció iba a las charlas técnicas en Huracán y escuchaba. Recuerdo que cuando terminaba decía: “Mentiroso, es línea de cinco”.
- ¿Secuelas del choque?
- ¿Mentales o físicas?
- De las dos.
- Físicas un montón... Nada comparado con lo psicológico. Por eso mis enojos son momentáneos. Estar con el plantel es mi cable a tierra. Trato de que mi tristeza sea en soledad. La siesta, las 7 de la tarde y a la mañana en el viaje al predio son de bajón. No lo puedo manejar. Con mi mujer aprendimos que el dolor no se lo debemos transmitir a los chicos. No merecen crecer con dolor ni verme llorar. La que más sufrió fue la hermana, que lo crió. Mi trabajo es que el más chico lo recuerde. Le estoy encima porque también perdí un hermano a los 7, pero como no había fotos, nunca más... No quiero que le pase eso. Igual, se pone su ropa, es parecido. Hay situaciones que, irremediablemente, nos llevan a una comparación que no queremos pero terminamos haciendo.
Demian Meltzer, María Laura Balonga y Nadia Teclaff
Diario Olé, domingo 8 de mayo de 2011