Hoy se conmemora medio siglo de la Copa Libertadores conseguida por Independiente en 1972, la tercera para las vitrinas, y primera de la histórica serie de cuatro consecutivas. Claudio Abuin le puso color a la final ante Universitario de Perú y escribe una crónica de aquella noche en la Doble Visera.
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24 de mayo de 1972, típica noche de Copas de un otoño frio, bruma o neblina que más adelante se convertiría en un clásico en la Doble Visera, la cancha llena y debajo de la Doble Visera mi viejo, mi hermano y yo que apenas podía ver la cancha. La Cordero con su escudo con luces hasta las manos, las viejas plateas exigentes y despiadadas también, la visitante ese día era local, y el codo de mujeres que era el lugar preferido de mi viejo que se ponía pegado a la misma para que a mí no me pasara nada, era toda roja.
En el país ya terminaba la “Semana de Mayo” pero para todos los hinchas de Independiente lo que terminaba era la “ansiedad” para que de una vez por todas llegue el miércoles y poder festejar subiendo al podio que tenía Estudiantes y que no se merecía, por lo menos en mi casa, que odiábamos al equipo de Zubeldía y compañía.
En el país ya terminaba la “Semana de Mayo” pero para todos los hinchas de Independiente lo que terminaba era la “ansiedad” para que de una vez por todas llegue el miércoles y poder festejar subiendo al podio que tenía Estudiantes y que no se merecía, por lo menos en mi casa, que odiábamos al equipo de Zubeldía y compañía.
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No se hablaba de otra cosa, ya que después del 0 a 0 en Perú, el optimismo estaba en lo más alto y si bien no estaban Cornelio Saavedra, Paso o Belgrano, estaban Santoro, Pavoni, Pastoriza y Maglioni para declarar que el País tenía un nuevo Rey…
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Avellaneda era una caldera, si bien en Perú como recién comente se había sacado un buen resultado, en ese tiempo no había locales o visitantes, había solo buenos o malos jugadores con cojones o no, y enfrente había buenos jugadores y con unos cojones enormes, estaban dos grandes conocidos, al gran Percy Rojas y al gran Eleazar Soria Ibarra que luego pasarían por el Rojo, también estaba el legendario Chumpitaz y Oblitas, y si bien para este encuentro el técnico había hecho un combinado de pibes con titulares era un equipo de temer, pero enfrente estaba Independiente…
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Pero volviendo al partido tenemos como dije en un principio “Noche de Copas” como diría nuestro recordado J.M. Muñoz que durante la época de gloria siempre nos transmitió desde arriba de la ahora platea Erico baja gritando los recordados gol, gol, gol, gol, gol, gol goooooooool de Independiente!!!
Y después del inolvidable “Independiente Orgullo Nacional, de Avellaneda, sos símbolo triunfal…” que salía por los desvencijados parlantes, entraba el ROJO a la cancha con el gran capitán a la cabeza hasta llegar al medio del campo y levantar los brazos con el “dale y dale y dale Rojo dale” que bajaba de los cuatro costados haciendo poner la piel de gallina como la tengo ahora...
Y después del inolvidable “Independiente Orgullo Nacional, de Avellaneda, sos símbolo triunfal…” que salía por los desvencijados parlantes, entraba el ROJO a la cancha con el gran capitán a la cabeza hasta llegar al medio del campo y levantar los brazos con el “dale y dale y dale Rojo dale” que bajaba de los cuatro costados haciendo poner la piel de gallina como la tengo ahora...
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Después todo lo que sabemos, 2 a 1 y a festejar!!! Fue la tercera Copa Libertadores y la primera de cuatro consecutivas que serían récord absoluto. El rival como dije en un principio fue sin lugar a dudas el mejor equipo peruano de ese país.
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Tal era el nivel del equipo, que sus jugadores formaban la base de la Selección de Perú que jugó el Mundial de 1970, y que previamente había eliminado a Argentina para dicha competencia.
Mientras que el Rojo no se quedaba atrás, tenía una defensa férrea, en el mediocampo había equilibrio y talento, tanto en la marca como de ataque, y arriba era contundente como lo demostró Maglioni.
Fue el propio Maglioni, quien a pesar de estar desgarrado pidió por favor que lo dejaran jugar, y como no podía ser de otra manera fue el goleador de ese partido.
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El primero fue apenas empezó el partido con un zurdazo que dejo con el brazo estirado a Horacio Ballesteros que no pudo hacer nada ante tanta potencia. La jugada previa fue de el gran DT argentino dentro y fuera de la cancha que era el Pato Pastoriza que dejando en el piso a todo Peruano que lo enfrentaba, dividió la pelota pero la pelearon el “Mencho” y el “Polaco” y ahí volvió la pelota al “Pato” que de espaldas y de memoria se la dio en profundidad a Maglioni que de zurda fusilo al arquero.
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En el entretiempo Don Pedro sugirió el cambio, pero Eduardo tozudo como el solo pidió seguir, y tras una nueva infiltración salió al campo para sellar el resultado, y como no podía ser de otra manera, el Pato, pero esta vez de cabeza ganándole a su marcador que era nada menos que Chumpitaz se la entrego dividida a Don Eduardo pero este estirando la pierna le gano a Fernando Cuellar y salió gritando el segundo acompañado de Sagioratto, que prácticamente lo acompaño hasta el banco ya que luego de este golazo Don Eduardo se fue reemplazado y salió ovacionado de la cancha.
Sobre el final después de una canchereada del Pato queriendo tirar un caño que después Garisto le recrimino en el vestuario, vino el descuento Peruano pero la victoria ya estaba sellada.
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El líder de ese plantel, como como dije anteriormente, técnico dentro y fuera de la cancha, era el “Pato” Pastoriza, quien ya había sido elegido el mejor futbolista del país en 1971, y en esa final muchos medios lo calificaron con 10 puntos, fue un gran despedida para el Pato ya que por la huelga que el encabezó el año anterior la “Gallina” de D´Onofrio le entregó al Pato el borrador del Estatuto del Futbolista profesional y el pasaporte para irse a Francia, pero ya había dejado una huella imborrable en Avellaneda.
Y así empezó el camino para el Rey de Copas que nadie puede destronar ya que por toda la eternidad un 29 de agosto de 1976 conquistó su título 12 a nivel internacional y se apropió del mote relacionado a las imágenes que llevan las barajas españolas…
¡¡¡EL REY DE COPAS!!!
Claudio Abuin
Especial para La Caldera del Diablo
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