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Hace 49 años, en un agónico final, Independiente se consagraba campeón del Metropolitano 1971 al vencer a Gimnasia en Avellaneda, y Huracán derrotar a Vélez en el Amalfitani. Publicamos el relato de Claudio Abuin de aquella tarde lluviosa, con fotografías coloreadas por el autor y un video exclusivo que ilustra esa "final".

Sí, hubo un día que me hice fanático del Globo, y fue un 3 de Octubre de 1971…

Si bien el Globo andaba en la mitad de la tabla, tenía excelentes jugadores que fueron la base del gran equipo del 73’. Basile era impasable en el fondo, en el mediocampo Brindisi y Babington, y arriba, el talento e insolencia con el Oreja Giribet, Avallay (que en los 60’ paso por el Rojo) y dos Carasucias que tuvieron en aquel año su paso quemero, el Bambino y el loco Doval.

Aquel domingo de octubre se llovió todo sobre Buenos Aires. Nosotros en casa con mi viejo sin muchas expectativas después de comer nos quedamos en su pieza a escuchar los primeros comentarios de lo que pasaba en los estadios, mientras que mi hermano temprano se había ido a la cancha. Desde la pequeña spika nos llegaba la información que, contrastando el día gris, en Liniers había miles de colores donde predominaba el azul y blanco para embanderar a todo el Amalfitani para recibir a un seguro campeón, es más, en los cometarios off de record del fútbol se decía que Huracán, rival de Vélez, iba para atrás.


Por la otra parte en Avellaneda, todo era mas tranquilo, la gente llegaba a la cancha mas cansina y al revés de Liniers el gris predominaba en el Estadio…

Pero bueno, pasadas las 15 empezamos a escuchar los partidos, yo por mi parte con la inocencia que me daban los 11 años, tenia toda la ilusión de que se daba vuelta, mientras que mi viejo ya con 50 encima, si bien quería que se produzca el milagro, tenía la desconfianza que te van dando los años…

Y asi arranco, y al minuto de juego ¡gol de Vélez! Ya para muchos hinchas era que se cumplía lo que se decía en la semana, que el Globo se había vendido como una ramera, pero bueno, yo seguía pensando que Brindisi, Babington y el Roque no iban a bajar los brazos y así fue, ya que a los 35 minutos se produce parte del milagro… ¡Golll de Huracán! El “oreja” Giribet (que más adelante jugara en el Rojo) pescó una pelota en el área y empató el partido!

El ánimo en la DOBLE VISERA se transmitió desde la tribuna al campo y a los 40’ la empalmó Maglioni y GOLLLLL!!!



El milagro es posible! Así terminaban los primeros tiempos de los dos partidos, ya no había fiesta en el Amalfitani, todo era silencio y solo se escuchan las radios, en cambio en Avellaneda la gente comenzaba a acercase expectante y dándole el color que no tenia. Yo por mi parte con mi viejo nos mirábamos y el me giñaba un ojo como diciendo “se va dar vuelta”…

En la segunda mitad el que pone el resultado final es Independiente, salida espectacular de Gatti pero equivocada, la baja Pastoriza, camina un par de pasos y a cobrar GOLLL!!! Ahora a esperar….

Con la necesidad del triunfo, Vélez fue al frente, pero todos los ataques terminaron en el frontón que era Néstor Hernandorena, que ya era la gran figura del partido.

Por cada minuto que transcurría, el silencio abrumador de los hinchas bajaba a los jugadores de Vélez. En mi casa como en la cancha empezamos a gritar por lo bajo "¡Huracán! ¡Huracán!". Al cuarto de hora de la segunda parte, Roberto Avanzi  perdió una pelota ante Avallay y el Roque, sin dejarla bajar, le mandó un derechazo desde afuera del área que pega en el palo derecho del arco defendido por el Gato Marín, que sale hacia la izquierda, y el mismo Avallay toma el rebote y produce el “Maracanazo” GOLLL!!!! Yo en mi casa me abracé con mi viejo y entre lagrimas y euforia nos quedamos esperando que corran los minutos. 

Según lo que me contó mi hermano después, en la Doble Visera solo se escuchaba la voz del Gordo Muñoz como un parlante en el tenso silencio que reinaba. De repente, la “o” del “gol” que siempre estiraba el Gordo no terminaba nunca de decir de quien… ¿De Vélez? ¿De Huracán? Pero desde un lugar escondido un hincha que escuchaba claramente grita, “¡GOL DE HURACAN!” y ahí estalla LA DOBLE VISERA!!!!


En Liniers cada minuto pasaban como un rayo mientras que en Avellaneda el reloj era de arena, los segundos, minutos eran interminables y hacían que más de uno sufriera un infarto con cada avance velezano que el “Gordo” transmitía desde la radio…

El semivacío estadio de Independiente a medida que el partido llegaba a su final se fue llenando para ver si podía celebrar un título impensado para propios y extraños.

Pero cuando en Liniers se pitó el final, ¡¡¡el Estadio estalló!!! Los jugadores se abrazaban, la gente bajaba de las tribunas y la vuelta “impensada” ya era una realidad. Mientras tanto, allá en Liniers el gris cubrió todo, los jugadores de Velez lloraban tendidos en el piso, los de Huracán los trataban de consolar, pero no había consuelo para tanta frustración, mientras que en en mi casa era todo lo contrario, se vivía una fiesta y se escuchaba solo un canto... "¡Huracán! ¡Huracán! ¡Huracán!"

Y así fue que durante un día fui un fanático mas del Globo, pero solo fue por un día, después seguí siendo del equipo que mas alegrías le puede dar a un pibe durante 20 años.

¡¡¡Gracias Viejo por haberme hecho hincha de Independiente!!!

Claudio Abuin

Exclusivo para La Caldera del Diablo

El video y las fotos fueron coloreadas por Abuin, quien es autor también de darle los colores originales al recordado del gol de Bochini a la Juventus por la Intercontinental de 1973, que publicamos en exclusiva hace unos días. 


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