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Desde Paraguay, Daniel Garnero habló con La Caldera del Diablo y El Gran Campeón, en donde recordó un nuevo aniversario del título logrado en el Apertura 94, la química y gestación de aquel plantel. Además, se refirió a una posible vuelta al Rojo y a su identificación con el Club: "Es un orgullo y un peso muy grande que llevo sobre mis espaldas".



"Desde mi llegada a Paraguay las cosas me fueron muy bien. Apenas llegué en 2015 Sol de América tenía como objetivo entrar a una copa internacional y lo pudimos lograr, después pude volver a dirigir a Guaraní, ganamos un torneo con 8 triunfos consecutivos y luego de un subcampeonato y un tercer puesto me llamaron de Olimpia, un gran desafío en el que había que salir campeón sí o sí y llevamos cuatro torneos consecutivos, uno de ellos invicto. Esta es una profesión muy ingrata pero estamos disfrutando el momento", dijo Daniel Garnero.

En diálogo con Daniel Borges para "Independiente, el Gran Campeón" y La Caldera del Diablo, Garnero también se refirió al ex Rojo que ahora juega en Olimpia, Nicolás Domingo: "Necesitábamos a un jugador de esas características y la competencia en alta exigencia con torneo local e internacional tenés que armar un plantel acorde a las exigencias. Lo noto muy bien y muy contento con nosotros".

Respecto al Clausura 94, del que se cumplieron 26 años el último 28 de agosto, el 10 de aquél entonces señaló: "Es lindo recordar, reencontrarse. Con el ritmo de vida que llevamos a veces pasamos por alto situaciones y momentos vividos muy lindos. Gustavo López tuvo una idea espectacular y armó un grupo de WhatsApp con los campeones de ese año y ahora todos los días nos saludamos. Este aniversario fue diferente al resto. Obviamente disfrutamos mucho de comentarnos cosas y también recordamos a los que lamentablemente no están entre nosotros y fueron muy importantes en ese grupo".

"Al Palomo Usuriaga, Walter Parodi y Pestañita Morales se los recuerda con una tristeza muy grande. Nosotros estábamos con Seba Rambert en un torneo en Viareggio con Arsenal, cuando apenas habíamos comenzado en la dirección técnica, en 2004, y nos enteramos de lo del Palomo. No había internet, pero Seba tenía un teléfono europeo y no lo podíamos creer. Hace poco lo de Walter y Pestañita... Ese grupo fue espectacular, y todos aportaban lo suyo. El Palomo era muy extrovertido, aunque no era muy participativo. Walter encantaba a todo el mundo, tenía nenes chicos y veía todos los dibujitos y a todos los del plantel les veía cara de dibujitos, los recordamos con alegría pero también la tristeza de no poder compartir esto con ellos", agregó.

- Hermes Desio se acordaba de la gira por México que los había marcado
- Hubo dos giras que recuerdo mucho y fueron muy importantes en el armado del grupo. La de México en el año 93 fue hermosa, brillante, y la otra fue en 1994, en época del Mundial, cuando vamos a Japón en otra gira hermosa en la que jugábamos cada tres o cuatro días, ganábamos por cinco goles. El fútbol japonés era totalmente distinto del que es ahora, que está más organizado, es más físico. Esas dos giras afianzaron un grupo hermoso que después de 26 años todavía nos acordamos de la misma manera, y repetimos bromas como adolescentes.

- ¿Ese título sirvió para consagrarte como jugador de las Inferiores?
- Creo que eso era una sana costumbre que tenía Independiente. Era tácito, no estaba escrito en ningún lado, pero cuando se rompió eso el Club comenzó a tener distintos inconvenientes deportivos, económicos. Independiente siempre saco buenos futbolistas, y había una cadena que le daba el espacio a los jóvenes, que respondían, triunfaban, dejaban algún logro que engrandecía a la Institución, y luego le daba una salida al exterior. La Argentina sigue siendo un país exportador, pero en ese momento con el dólar 1 a 1 con el peso quizás sostuvo un poco más a los planteles y el fútbol argentino pudo retener a muchos futbolistas surgidos de Inferiores. Las promesas se quedaban más en sus equipos y todos tenían grandes jugadores. A mediados de los '90 no sólo le pasó a Independiente sino también a River o Vélez, que pudieron disfrutar un poco más a sus "pequeñas joyas".

- También estaban los grandes...  
- Si, el Flaco Gareca, el Tapón Gordillo... ellos condujeron también al grupo, y aunque no les tocaba participar tanto pero eran los que más estaban encima, generaban un buen ambiente. Les decíamos "Gemelos" como la película (con Dani de Vito y Arnold Schwarzenegger). Estoy convencido de que los grandes equipos se forman con grandes grupos. Desde la conducción busco tener un vestuario sano. Nadie garantiza resultados deportivos, pero si vos te juntás con buena gente, buenos profesionales, buenas personas y además tenés buenos futbolistas, vas a tener más chances. Lo que pasó en ese Independiente no fue solo agosto del '94, sino que arrancó ya en el 93 hasta que nos afianzamos como grupo con jóvenes, jugadores de 24/25 años en su mejor nivel, un equipo que explotó.

- ¿Qué técnicos te marcaron?
- Antes de la pandemia hacíamos asados muy seguido. Son cosas que saqué del Pato Pastoriza, las buenas relaciones, conocerse un poco más. Si bien soy el entrenador y marco distancia, las cosas que me sirvieron como jugador las aplico. Y después el Flaco Menotti fue la frutilla de la torta en mi carrera. Me agarró en una edad donde absorbí muchos conceptos, comparto totalmente su ideología del respeto hacia el futbolista, que tiene que estar bien para rendir, exigirle pero darle las herramientas necesarias desde lo material y deportivo. En todo momento Menotti decía ser futbolista, a pesar de no entrar a jugar porque ya tenía 60 y pico de años, y decía "¿Alguna vez viste a un ex doctor, un ex abogado? No, son siempre doctores o abogados, como los futbolistas somos siempre". Eso también lo comparto.

- ¿Te ves con una revancha en Independiente?
- Me encantaría, pero no lo tomaría como una revancha. No me fue bien la primera vez en un contexto que no era lo ideal, la gente estaba muy enojada por la salida del Tolo Gallego, que había hecho un campañón, pero no lo tomaría como una revancha sino como un desafío. De hecho cuando vine a Olimpia, el equipo de mayor historia y exigencia de Paraguay, lo tomé porque me gustaba, y aunque podría haberme quedado en un equipo donde había sido campeón, me sienta cómodo que me desafíen. Volver a Independiente sería un desafío hermoso, y haría lo imposible porque le vaya bien.

- ¿Cómo lo tomaste cuando en el último cambio de entrenador se habló de tu posible llegada?
- Acá estoy muy empapado en el mundo Olimpia, tengo contrato hasta diciembre del año que viene, los torneos son largos, es un club copero. Yo sabía que ahora era imposible salir para mi, por eso no le di trascendencia a los rumores.

- Por último, ¿qué le dirías al hincha?
- Al hincha de Independiente le agradezco siempre. Me siento orgulloso que acá en Paraguay me identifiquen con Independiente, me hablen de Erico, es un orgullo y un peso muy grande que llevo sobre mis espaldas.

Entrevista de Daniel Borges

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