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A 40 años del partido que consagró a Independiente campeón del Nacional 1978, Eduardo Bolaños escribe otra nueva historia llena de gloria Roja en los pies de Bochini y compañía. Mirá el video de la consagración.



En los zapatos, imaginarios o reales, que los hinchas de Independiente colocaron en la noche del 6 de enero de 1979, seguramente estaba el deseo de poder repetir el título de un año antes y consagrarse campeones nuevamente del torneo nacional. Había gran paridad a nivel equipos con el otro finalista (River), pero los rojos contaban con una inmensa ventaja: tener a un mago. A un Rey Mago con la camiseta número 10 en la espalda.


El domingo 7 por la noche fue el cotejo de ida, donde River mostró superioridad y estrelló tres tiros en los postes de Baley. Independiente respondió esporádicamente con el talento del bocha, pero que no alcanzaba a nivelar por escaso aporte de los delanteros.


El desquite tuvo lugar en un rebosante estadio de Avellaneda el miércoles 10. Y a despecho de cierta actitud de espera de la primera final, los hombres de Pastoriza salieron dispuestos a ejecutar la partitura que mejor sabían: la de presionar en el medio, recuperar rápido para dar cabida a su sana voracidad ofensiva. Bochini se retrasó unos metros con respecto a lo hecho en Núñez y manejó los hilos con sapiencia, con la compañía de Outes y la permanente presencia amenazante de Alzamendi y Barberón por los puntas, listos para dañar en cada ataque.


River entregaba muchas ventajas tácticas y se mostraba demasiado expectante para ver que podían crear tanto Juan José López o Norberto Alonso. Y fue muy poco esa noche, porque Omar Larrosa, Carlos Fren y el aporte desde el fondo de Enzo Trossero, ahogaban las usinas de juego de los millonarios.


La primera clara fue para Alzamendi, que como toda la noche le ganó el duelo personal a Héctor López. Se filtró en el área y remató abajo, cerca del poste izquierdo de Fillol. Hasta que a los 19 llegó la primera aparición a fondo del Rey Mago rojo: Fren capturó una pelota en mitad de cancha y avanzó sin marcas hasta el borde del área donde localizó a Bochini, quien la dominó, levantó la cabeza y la colocó con enorme calidad junto al palo más lejano de Fillol.


Lejos de especular (verbo que estaba expulsado de su lenguaje) Independiente fue por más. El bocha se perdió el segundo en un disparo preciso que salió al lado del poste. River no hacía pie y era desbordado por un vendaval de camisetas coloradas. Cuando se terminaba la primera parte, Fillol demostró porque era considerado el mejor arquero del mundo al sacarle un tremendo cabezazo a Alzamendi desde el punto del penal.


El segundo estaba al caer y cayó nomás, a los 10 minutos del segundo tiempo. Ningún otro jugador lo podía convertir. Solo un predestinado como Bochini, que abrió el pie derecho, sin dejar que el balón tocara el césped, luego que Barberón se la bajara de cabeza dentro del área. Todos lo que estaban en la cancha, lo seguían por radio o por televisión en vivo por Canal 7 (en algo poco común para la época y con una dupla inhabitual, pero que luego dejaría su huella: Marcelo Araujo y Enrique Macaya Márquez) sabían que el partido había terminado. El “Bo-Bochini – Bo-Bochini” atronaba desde cada garganta, más roja que nunca en agradecimiento a otra noche gloriosa.



Soy de la generación que creció en aquellos años, donde los equipos se paraban siempre 4-3-3. Y aquel Independiente del pato era un canto a la simpleza, sin rebusques tácticos. Baley en el arco, los laterales marcaban y subían con criterio en forma alternada (Pagnanini y Osvaldo Pérez), la dupla de centrales era monolítica e impenetrable (Villaverde – Trossero). El cinco corría a todos (Fren), el ocho se desdoblaba en marca y juego (Larrosa) y el diez ponía la magia. Los punteros eran veloces y efectivos (Alzamendi y Barberón) y el nueve era el goleador (Outes).

40 años ya, Independiente. 40 años ya, Bocha. Sin ser de Independiente, les agradezco porque en esas épocas (6 años), cuando empezás a delinear tus gustos, me ayudaron a ser fanático del fútbol bien jugado. Nunca es tarde para escribir Gracias.

Eduardo Bolaños
Twitter: @Edu_sport
Especial para La Caldera del Diablo

Independiente 2 - River Plate 0
Independiente: Baley; Pagnanini (Insaurralde), Villaverde, Trossero, Osvaldo Pérez; Larrosa, Fren, Bochini; Alzamendi (Fontana), Outes y Barberón. 
DT: José Omar Pastoriza.

River: Fillol; Saporiti, José Luis Pavoni, Passarella, Héctor López: Juan José López, Merlo, Alonso; Pedro González (Galletti), Luque y Ortiz. 

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