Nos tememos que situar en el torneo de Primera División 1987/88: un torneo mediocre que nos vio décimo primeros en la tabla de posiciones. Con un plantel integrado en su casi totalidad con futbolistas formados en las inferiores, Newell’s Old Boys ganó el campeonato de esa temporada, con lo que ratificó el segundo puesto logrado en la anterior. Ascendió Deportivo Armenio.
Las posiciones finales fueron: Newell’s Old Boys 55 puntos; San Lorenzo 49; racing 48; River Plate 46; Gimnasia y Esgrima La Plata 43; Vélez Sarsfield 41; Rosario Central, Argentinos Juniors y Deportivo Español 40; Platense 38; Independiente 37; Boca Juniors 35; Deportivo Armenio 34; Ferro Carril Oeste e Instituto de Córdoba 33; Estudiantes de La Plata 32; racing de Córdoba 31; Unión y Banfield 28 y Talleres de Córdoba 27.
Se jugó por el sistema de todos contra todos, en dos ruedas de partidos, local y visitante, por puntos, con un total de 38 fechas.
La fecha que nos convoca, es la 11° de dicho torneo, jugada el domingo 1 de noviembre de 1987 en la Doble Visera: Independiente 1 (33' Franco E. Navarro) vs racing 1 (80' Rubén Paz).
Independiente formó con: Islas; Clausen, Monzón, Ríos, Enrique; Giusti, Marangoni, Bochini, Merlini (Reinoso); Navarro, Ramos. DT: José Omar Pastoriza. racing: Fillol; Saporiti, Fabbri, Olarán, Ortíz (Catalan); Ludueña, Costas, Paz, Colombatti (Rabuñal); Medina Bello, Iglesias. DT: Alfio Basile. árbitro: Juan Carlos Loustau.
“Esta es una historia muy futbolera, me acuerdo perfectamente, fue en el 87, el partido que empatamos 1-1 y el gol nuestro lo metió el peruano Franco Navarro. Estábamos haciendo la previa, como la mayoría de las veces cuando jugábamos de local. Y la hacíamos en el bar, en ese bodegón que estaba junto a la puerta 4 de la cancha. Los muchachos de la barra estábamos tomando un copetín, había un montón de gente. El bar estaba que explotaba. Era un Clásico. En un costado del mostrador había una persona que nos miraba, mientras nosotros hablábamos y contábamos las mil y una historias. Jugábamos con racing, y nos miraba el tipo. Una persona de baja estatura, de mas de 50 años pero mal llevados. Se notaba que la vida lo había tratado mal. Y no se quién dijo: 'A esto putos hay que ganarles' y este hombre nos mira y nos dice: 'Pero muchachos, somos todos de Avellaneda' (así, con voz baja, como pidiendo por favor)".
"Ahí, Beto el Oso, le dice: 'Callate Viejo ¿¿¿ qué sos de racing ???' El hombre agacha la cabeza y sigue tomando su vino. Ahí me doy cuenta quién era el tipo y le digo: 'Par´q Beto ese hombre es Corbatta. Cuando le dije Corbatta. Se hizo un silencio en el bar. Ahí al toque, Beto se acerco al viejo y le dijo: 'Perdoname, vení con nosotros, que te invitamos a tomar unos vinos'. La gente que había en el lugar lo empezó a aplaudir y se acercó a saludar. El tipo era muy medido, perfil bajo, no quería molestar. Como que le daba vergüenza. Hasta que viendo el ambiente, se soltó un poco y contó algunas anécdotas.
"Yo que era arquero me quedo marcada una, la forma de patear los penales. El Loco empezó a contar su fórmula: 'Los mataba a todos. Me paraba cerca de la pelota, así el arquero no tenía chances para reaccionar y la tiraba suave a un rincón. Nunca me ponía de frente a la pelota, siempre de costado. Le pegaba con la cara interna del pie derecho y en el medio, con un golpe seco. Además, agachaba la cabeza para que el arquero no adivinara dónde iba a tirar. En cuanto se movía estaba frito. Y póngale la firma era gol. De 68 me sacaron solo 4: uno me lo saco Cozzi, no se si se acuerdan, arquero de ustedes. Amagó a tirarse para un lado y terminó tirándose para el otro. Me adivinó la intención. No saben como lo puteé'. Ojalá recordara más cosas de lo que contó, porque era increíble estar al lado de él. Un grande del fútbol argentino de todos los tiempos. Un grande de verdad. Al mes y medio, me tomo en Avellaneda el colectivo 148 letra F, el que doblaba para el lado de Solano. Y al fondo, sentado estaba El Loco Corbatta, me acerco y me dice 'Hola, ¿cómo te va?' Se acordaba y todo que habíamos tomado unos vinos en el bar de la cancha de Independiente. Un Grande.
"Tiempo después lo encontré en el Paraguayo, un bar mítico de Crucesita. Una noche que fuimos con Tito la Vieja y un par más. Y lo vimos. Obviamente fuimos a saludarlo. Al tiempo nos enteramos que lo habían internado en el Fiorito, tenía problemas con la bebida. Y como todos saben años más tarde falleció. Y no era un tipo viejo, pero la vida lo había tratado muy mal" (La historia la cuenta Sergio Rissi).
Orestes Omar Corbatta, "El Loco", se desempeñaba en la posición de puntero derecho o wing. Es considerado por el mundillo futbolero argentino como uno de los mejores punteros derechos de la historia del fútbol argentino, junto con Carlos Peucelle, René Houseman y Raúl Bernao. A lo largo de su trayectoria consiguió importantes logros deportivos tanto con la Selección argentina como en racing club de Avellaneda y el Club Atlético Boca Juniors.
Le decian "El Loco" por sus jugadas de alto contenido estético que tanto que maravillaban al público. Era tan imprevisible como sólo un loco puede serlo. Según los cronistas de la época, no tocaba la pelota, la acariciaba. Creaba jugadas insólitas, se decía que era el dueño de la raya de cal, ya que cuando el agarraba la pelota en ese sector era “casi imposible” pararlo o robarle la pelota. Le gustaba arrancar de atrás, tener la pelota, para no aburrirse. Se pegaba el balón a los pies. Tenía una gambeta exquisita, engaño para complicar a los rivales, inteligencia para resolver jugadas en un instante, un remate no potente pero de puntería exacta, una habilidad inigualable.
Por ultimo cabe destacar que la calle ex Cuyo, que da a la cancha de racing, se llama Pasaje Corbatta. Un grande del fútbol nacional.
Antonio G. Santos (Tony)
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La Caldera del Diablo
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