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Norberto Outes, entre los diez goleadores históricos de Independiente, rememora aquella noche cordobesa en la que Independiente fue Campeón con 8 hombres ante Talleres, por el Nacional 77: "Era un campeonato muy especial y la final tenía que ser histórica, única, irrepetible". Escuchá la nota completa con los videos coloreados por Claudio Abuin. 


"No creo que un equipo llegue a hacer una hazaña semejante a esa. Es histórico. Talleres era un equipazo, casi todos jugadores de Selección. Fue un partido especial, se definía al campeón, cosas políticas, quién agarraba la AFA en ese momento, política nacional, interior contra Capital... Era un campeonato muy especial y la final tenía que ser histórica, única, irrepetible", nos contó Norberto Outes sobre la recordada final en Córdoba, jugada el 25 de enero de 1978. 



"A mi me dan la cinta de Capitán porque era el más tranquilo y criterioso en el desborde. Y fui el Capitán de Independiente hasta que me fui en el 81 a Boca", recordó "Madera", autor de 90 goles en 173 partidos oficiales con el Rojo y otros 5 en 16 encuentros por Copa Libertadores, título del que formó parte del plantel 1975. Esas cifras lo ubican entre los diez máximos artilleros del Rey de Copas.

En su carrera, Outes convirtió 151 goles en 292 partidos, jugó al lado de Bochini, y de Maradona en el Boca campeón del 81, mientras que en México, también fue goleador dos años consecutivos.

Autor del primer gol en la épica final con Talleres en Córdoba, terminó jugando de zaguero luego de que Independiente quedara con ocho hombres, Outes nos habló de ese partido y toda su trayectoria en el Rojo, incluyendo la otra final ante River, por el Nacional 78.
 


"Los rivales nos tenían miedo, ese equipo era muy respetado, ganaba en cualquier cancha. Fue un equipo extraordinario. Jugar en ese equipo era disfrutar, pero también bravo porque había que mantener el nivel, la vara estaba muy alta", nos contó en nuestra tercera emisión del Podcast, publicado en enero del año pasado.


Respecto a la jugada de su gol, que abre el partido en el Barrio Jardín, explicó: "Nosotros trabajábamos la pelota parada, y esa era centro de Larrosa a Enzo Trossero, que iba muy bien arriba, la bajó al medio y yo me anticipo de palomita, lo veo al Mono Gribaudo jugado y en una fracción de segundo decido cabecear fuerte a ese ángulo, y tuve la fortuna que se metió ahí. Fue tremendo, un golpe inesperado en el mentón. Nosotros teníamos mucha confianza, íbamos a ser campeones, a ganar el partido. No fuimos a especular".

"Con todo el dolor que tenían los cordobeses nos aplaudieron al dar la vuelta olímpica", recordó Outes, quien al año siguiente fue artífice de la eliminación nuevamente de Talleres en semifinales, esta vez en el Chateau Carreras, para luego jugar la final del Nacional 78 ante el Millonario: "River tenía un equipazo, era una selección. Jugamos un partido completo, el Bocha hizo los dos goles, notable. A nivel individual y equipo, que esa noche funcionó a pleno, ya con Alzamendi, Barberón, Carlitos Fren..."

"En lo personal tuve un año bárbaro, fui goleador y entrenaba con Independiente y la Selección. El equipo trabaja para hacer goles y uno podría decirse que es la principal carta", aseguró quien ocupa el noveno lugar entre los máximos artilleros de la historia Roja.

"Independiente era una familia. Nosotros teníamos todo: unos dirigentes de primera, un cuerpo médico y kinesiólogos de primera, un cuerpo técnico excepcional encabezado por Pastoriza y un equipo con jugadores de un nivel altísimo", manifestó.

"La satisfacción que me da la gente en el día a día es impagable. Hace cuarenta y pico de años que jugué en Independiente y la gente me sigue agradeciendo, me reconoce. El cariño que recibo de la gente del Rojo es una satisfacción que con el tiempo en lugar de bajar sube. Por eso les pido siempre que sigan alentando al Rey de Copas", cerró Outes.

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