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Tocó fondo el equipo de Omar De Felippe. No hubo reacción en Junín. Al contrario, se arrastró en la cancha donde fue vapuleado por un conjunto bien armado que lo superó en fútbol, en actitud y en todos los sentidos colectivos. Este plantel de Independiente, que no pudo sostener la presión cuando llevaba cinco puntos de ventaja al cuarto, hoy está en el peor de los escenarios. Alertamos desde esta columna que si todavía estaba en posición de ascenso era porque los de atrás ayudaban. Pero hay que decir que ese hándicap ya no lo tiene más. Se veía venir esto, porque si bien hubo un atisbo de reacción contra Banfield y San Carlos, es claro que hoy el equipo que cerró bien el 2013 se quedó en Paraná. Sarmiento presionó, jugó y nos perdonó la vida por la ansiedad de sus jugadores en hacer el gol de su vida. Y aunque sus dos goles llegaron de laterales hechos por Villalba, en el trámite fue mucho más. Los nuestros deambularon por la cancha. Fastidiosos, irresolutos e irresponsables, como Tula que otra vez dejó al equipo con 10 en una falta evitable en medio de la cancha. La verdad, es una actuación para decirle al técnico no te queremos más. Ojo, que si bien en los últimos partidos ODF le erró mucho, si aún estamos con la chance de volver a Primera en junio es por el ex Combatiente de Malvinas. Entonces, creo que debemos dejar que pase este vendaval y que en 12 fechas prepare y ponga en cancha a los que realmente tengan ganas de ascender. Ah, y el final para este nuevo papelón dirigencial apareció por la deuda a Leguizamón, a quien se le pagará más que a todo el equipo que ganó la Intercontinental del 84. Inaudito. Sólo una CD comandada por Cantero puede poner en peligro los trofeos obtenidos. Basta de humillaciones. ¿Hasta cuando...?

Beto Tisinovich
Diario Olé, 25 de marzo de 2014

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