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Independiente lo ganaba 2 a 0 pero All Boys se lo empató en una ráfaga en el segundo tiempo, cuando el equipo se caía a pedazos y dejaba atrás lo bueno que había hecho en la primera parte. Parra y Battión, los goles Rojos.


No hay caso, cuando parece que se quiere levantar la cabeza un poco vuelven los fantasmas y la realidad golpea duro por Avellaneda: Independiente sigue siendo un equipo sin rumbo, con jugadores que por momentos no toman la responsabilidad de lo que se están jugando y una liviandad a la hora de definir los partidos que asusta.

El Rojo había comenzado el partido jugando mejor, con buenas chances y logrando conexiones entre Battión, que jugó en un buen nivel en su vuelta a la titularidad, Patricio Rodríguez y algo de Gracián. La ventaja, merecida, la logró sobre el cierre de la hora Facundo Parra, luego de eludir al arquero Cambiasso, que había sido de lo mejor del Albo, que basó su planteo mezquino en su defensa.

En la segunda etapa aumentó Battión, de cabeza, luego de un centro de Gracián, y el encuentro parecía definido. Sin embargo, Mohamed pareció otra vez fallar en la lectura de los cambios y Romero acertaba con el ingreso de Ortega y Ereros, claves en la remontada de la "Peste Blanca".

En apenas cinco minutos, y gracias a una pésima actuación de la defensa (incluyendo una mala salida de Assmann en el descuento) los de Floresta llegaron a la igualdad y por poco lo ganan de no ser porque Gigliotti no estuvo acertado en la definición de lo que hubiera sido un catastrófico 2-3.

Sin levantar cabeza, Independiente sigue mirando de reojo la promoción, no puede despegar de los puestos de descenso y menos engancharse en el tren del Clausura, a pesar de que los de arriba siguen perdiendo puntos.

Emiliano Penelas

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