El mundo está conmovido por la muerte del genial Alfredo Di Stéfano, uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos, quien había confesado su idolatría por el Saltarín Rojo.
A los 88 años, y tras sufrir un pario cardíaco, falleció en un hospital de Madrid Alfredo Di Stéfano, la Saeta Rubia, uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos.
El argentino ganó cinco Copas de Europa, una Intercontinental y ocho ligas españolas con Real Madrid, y en total anotó 789 goles en 1.090 partidos, jugó con las selecciones de la Argentina y España, aunque no llegó a disputar un Mundial. También fue cuatro veces campeón del fútbol colombiano con Millonarios, donde integró un legendario plantel denominado el "Ballet Azul", y se coronó en dos ocasiones en Argentina con River.
El Madrid lo nombró presidente honorario en 2000, y seis años después le puso su nombre a su centro de entrenamientos, donde le hicieron una estatua. También fue cinco veces el máximo goleador de España y dos veces elegido como el mejor jugador de Europa.
La Saeta decía que el futbolista más destacada que el jamás vio fue el paraguayo Arsenio Erico, máximo goleador del fútbol argentino, y confesó: "Yo quería ser número nueve, como mi ídolo, como el gran Arsenio Erico".
A los 88 años, y tras sufrir un pario cardíaco, falleció en un hospital de Madrid Alfredo Di Stéfano, la Saeta Rubia, uno de los más grandes futbolistas de todos los tiempos.
El argentino ganó cinco Copas de Europa, una Intercontinental y ocho ligas españolas con Real Madrid, y en total anotó 789 goles en 1.090 partidos, jugó con las selecciones de la Argentina y España, aunque no llegó a disputar un Mundial. También fue cuatro veces campeón del fútbol colombiano con Millonarios, donde integró un legendario plantel denominado el "Ballet Azul", y se coronó en dos ocasiones en Argentina con River.
El Madrid lo nombró presidente honorario en 2000, y seis años después le puso su nombre a su centro de entrenamientos, donde le hicieron una estatua. También fue cinco veces el máximo goleador de España y dos veces elegido como el mejor jugador de Europa.
La Saeta decía que el futbolista más destacada que el jamás vio fue el paraguayo Arsenio Erico, máximo goleador del fútbol argentino, y confesó: "Yo quería ser número nueve, como mi ídolo, como el gran Arsenio Erico".
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