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Independiente se arrastró por la cancha ante Unión y sufrió una dura derrota por 3 a 0 en un partido clave en la lucha por la parte baja de la tabla. Barcia se fue expulsado, y el Rojo pudo caer por más. 


Desde el minuto uno se vio a un equipo que entró dormido y pese a una jugada en la que Cauteruccio pifió ingresando al área chica, no se pueden destacar chances claras frente al arco rival. Unión, que por momentos parecía un rival avasallante, abrió el partido con un golazo en el que Machuca dejó parados a todos los jugadores que le salían en el camino, y cedió para que defina muy bien Dómina.


El segundo tiempo fue aún mucho peor para el equipo de Zielinski, que a los 5 minutos recibió un nuevo golpe tras una falta innecesaria y un tiro libre muy bien pateado que con la colaboración de Rey se le cuela en el primer palo, abajo. 

Para sumar desgracias, en menos de diez minutos Independiente sumaba tres defensores amonestados y se veía que no terminarían los once. Así fue cuando a los 17' Barcia veía la segunda tarjeta y se iba a los vestuarios. Sin actitud ni temple, el partido ya estaba liquidado hacía rato. 

La agresividad ofensiva de Unión llevó, además, a marcar un tercer gol ante la pasividad defensiva de un equipo que quedó desarmado cuando Sarrafiore y Cuero la perdieron sobre el lateral y mientras llegaban tres atacantes esperaba sólo Atencio para oponerse a lo que terminaría siendo el cierre de una goleada que pudo ser peor.

Totalmente superados, desde lo anímico y lo futbolístico, los jugadores de Independiente jamás salieron a jugar este partido como la final que era, ante un rival que pelea con las armas que tiene para salir del fondo de la tabla, donde nosotros nos hundimos con actuaciones como éstas, y diez fechas sin ganar fuera de Avellaneda.

Emiliano Penelas

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