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Domingo Blanco marcó el empate de Independiente en un primer tiempo para el olvido y mandó a callar a la gente en un gesto que enfureció aún más a los hinchas. El volante no debería jugar más en el Rojo. 


No le sobra nada a Independiente excepto problemas, fuera y dentro de la cancha. En Córdoba, un nuevo comienzo podría haber traído calma, pero los protagonistas le tiran nafta al fuego.

En un primer tiempo para el olvido, sin ideas y perdiendo ante un rival que milita en el Federal A, la tercera categoría del interior del fútbol argentino, los reclamos de la gente que acompañó al equipo se hacían escuchar.

Hasta que Domingo Blanco marcó el empate, en tiempo de descuento, y para festejarlo no tuvo mejor idea que mandar a callar a los hinchas. El futbolista, que ya había tenido comentarios desafortunados en redes sociales y se excusó diciendo que fue sacado de contexto, encendió aún más los reclamos en el Estadio y quienes veían el partido por televisión. 

Con la relación rota desde hace tiempo, sin renovar su contrato, Blanco no debería vestir más la camiseta de Independiente. 

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