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Más allá de cómo se dio el resultado ante Bahía, o de no convencer demasiado en los últimos partidos, Independiente es protagonista y pelea en los dos torneos importantes que está jugando, con un desgaste físico inmenso y un plantel reducido, lleno de juveniles. 

Nadie hubiera apostado a esta altura que Independiente estaría peleando Sudamericana y la Copa de la Liga. Pero el Rojo, con sus falencias y debilidades, con la exigencia de una pandemia que no da respiro y una seguidilla de partidos fuera de cualquier lógica, se mantiene como protagonista en los dos torneos más importantes que enfrenta.

Este noche, ante Bahía, se vio reflejado que en el segundo tiempo ya no había piernas, pero sobró templanza. Cuando no había más que poner, el fútbol menguaba, desde el banco se escuchaban los gritos que hablaban de "hacer el esfuerzo". E iban dirigidos a los metedores como Arregui, Bustos o Barreto, pero también a los creadores como Velasco. 

Y se vio el esfuerzo, como se vio frente a Estudiantes con un hombre menos, y eso se valora. Como se valora haberse sobrepuesto a muchas cosas que pasaron en estos últimos tiempos, desde los contagios por Covid hasta el malogrado viaje a Brasil o la tragedia que atravesó Falcioni

Y ahí sigue el Rey de Copas, con los brazos en alto, esperando ganarle a Colón, a dos partidos de un título local y la clasificación prácticamente asegurada en la Sudamericana.

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