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El 14 de marzo Independiente jugaba su último partido. Por la primera fecha de la Copa Superliga, que nunca continuará, derrotaba a Vélez en un Libertadores de América vacío.


Hace dos meses, desde nuestras casas, veíamos la que sería la última presentación de Independiente en una cancha de fútbol. El equipo que había terminado a los tumbos el torneo 2019/20 jugaba sin gente ni prensa ni nadie salvo los estrictamente necesarios en el campo de juego, enfrentaba a Vélez en el debut de la Copa Superliga, que prometía otra esperanza y el ingreso a la Copa Libertadores 2021 para el campeón.

"Con el pie derecho" titulábamos en el comentario, último que se cristalizó en la página. Destacábamos la actuación de los juveniles, el estadio vacío por lo que ya se avisoraba con del coronavirus, y la desgraciada lesión de Braian "Chaco" Martínez, quien tendrá tiempo para recuperarse y no perderse ni un partido.

Esa tarde de sábado Independiente formó con Martín Campaña; Fabricio Bustos, Alan Franco, Gastón Silva, Juan Sánchez Miño; Lucas Romero, Braian Martínez (A) (), Lucas González, Andrés Roa; Alan Velasco y Silvio Romero (A).

Pusineri hizo tres cambios en el segundo tiempo: Gastón Togni por Martínez a los 31 minutos, Diego Mercado por Lucas Romero a los 38' y Leandro Fernández por Roa a los 42'. Quedaron en el banco de suplentes Milton Álvarez, Alexander Barboza, Alan Soñora y Braian Romero.

Silvio Romero, de penal, anotaba el único gol del encuentro a los 19 minutos de la segunda parte, y destacamos como el "Diabólico del partido" a Alan Velasco. Tras ese partido del que pasaron dos meses, pero parecen mil años, el Rojo debía jugar entre semana con Villa Mitre de Bahía Blanca por la Copa Argentina, pero finalmente el partido fue cancelado y ya ni siquiera se terminaría de jugar la primera fecha de la Copa Superliga. 

Ya no habría más fútbol en el país, ni en el mundo salvo dos o tres ligas, y mientras los europeos comienzan a entrenar de a poco y ya se prepara la Bundesliga, acá parece todavía lejana la respuesta de cuándo volveremos a ver a Independiente, a gritar goles, a sufrir, a putear, a abrazarnos. Por ahora, sólo podemos soñar con el Rojo.

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