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Independiente, que había comenzado bien, terminó dando lástima y siendo goleado por River en Mar del Plata. Errores defensivos, todo el segundo tiempo con un hombre menos y falta de ambición ofensiva completaron una noche para olvidar.
Foto: @AntonioMarinoOK

Era rápido el partido, se jugaba de ida y vuelta, el Rojo tenía la pelota, generaba peligro en los contragolpes y peleaba de igual a igual con River en el mediocampo. En esos minutos Pizzini se mostraba ágil, pese a las fallas en la definición, Mancuello estaba activo en el medio y se jugaba por abajo, a un toque, sin bartolear.

Sin embargo, eso duró poco. Una falla de Papa al perder la marca, un centro al corazón del área, una pifia inmensa de Cuesta, y el gol de Cavenaghi para abrir el marcador. Ahí se cayó Independiente, que dejó de jugar como lo venía haciendo y pese a tener un par de chances frente al arco, no supo nunca crear peligro.

El combo lo completó la expulsión de Jesús Méndez, quien vio dos amarillas muy tontas y dejó con diez al equipo sobre el final de la primera parte. En la segunda, fue todo de River. Otra vez un flojísimo cierre de Cuesta, muy débil ante Mora, pierde la marca en un movimiento y luego el uruguayo mete un golazo.

Mayada y Pisculichi cerraban una goleada estrepitosa, que por más que se haya dado en el verano siempre duele. Se viene el clásico, y varias cosas por evaluar.

Emiliano Penelas

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