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"Manejar un club no es lo mismo que manejar un country", dijo Juan Carlos Crespi, uno de los vicepresidentes de Boca, molesto por algunas referencias a la barra brava.
Aquella incomodidad que, por lo bajo, contaban algunos dirigentes de la AFA por la lucha cruda, directa y sin filtro de Javier Cantero con las barras bravas empezaron a notarse de manera pública. Y en Boca profundizaron las diferencias ya expuestas con el presidente de Independiente. No en los gestos, pero sí en las formas alzó la voz el vicepresidente segundo de los xeneizes, Juan Carlos Crespi. Lo hizo anteanoche, en la reunión del comité ejecutivo, cara a cara, en medio del profundo silencio del resto de los presidentes de los clubes, y lo expuso horas después delante de las cámaras y los micrófonos. Las posiciones quedaron delimitadas.

Todo empezó la semana pasada, cuando, en medio del remolino de hechos que envolvieron a Independiente, marchas y contramarchas, Cantero elogió a los hinchas de los Rojos por la reprobación a los barrabravas y, por elevación, les apuntó a su colega xeneize, Daniel Angelici, y a los socios. "Nosotros repudiamos a los barras y en Boca se sacan fotos", soltó.

Crespi esperó la oportunidad y contraatacó: "Somos un buen ejemplo para todos. Somos un club muy bien administrado y, por suerte, no tenemos problemas como otros. En vez de criticar, deberían preguntarnos por qué no tenemos problemas. Esa es la manera de ayudar y no pasearse por los canales de televisión".

En declaraciones a radio La Red, el dirigente deslizó cierta ironía sobre los dichos de Cantero. "Espero que lo haya entendido porque manejar un club no es lo mismo que manejar un country, sin desmerecer a los countries". Palabras más o menos, Crespi acusó al presidente de Independiente de ser un "novato" en el fútbol y, además, le sugirió: "¿Qué tenés que andar diciendo todo esto por la prensa? Mejor preocupate por tu club, que las cosas no están tan bien y dejá a Boca fuera de todo esto".

Cantero sigue firme en su posición. Como ya comentó a La Nación en varias oportunidades, no le preocupan tanto los gestos de los demás presidentes, sino el respaldo de los gobiernos provincial y nacional, y, claro, pese a algunos cortocircuitos con el Coprosede, el de los funcionarios encargados de la seguridad. Además, el dirigente pone en primer término la venia que le hizo Julio Grondona para que continuara con el tema.

Pese a la licencia del vicepresidente segundo, Claudio Keblaitis, amenazado de muerte por la barra brava, la comisión directiva de Independiente respaldó a Cantero y, a la vez, trascendió que a la mayoría le molestó que Boca no haya pedido en los últimos partidos el derecho de admisión. En esos encuentros se vio el regreso del líder de uno de los dos sectores de la hinchada xeneize, Mauro Martín.

El debate sobre la violencia en el fútbol recrudeció la semana pasada con la marcha de barrabravas de Independiente a la sede, donde pidieron la devolución de las banderas retiradas del club -ya las consiguieron-, las amenazas a Giovanni Moreno, de racing, y la muerte de un simpatizante de Lanús, en los alrededores del estadio de los granates, el sábado pasado, minutos antes del comienzo del partido con All Boys. Por eso, más allá del duelo entre Crespi y Cantero, se habló en la AFA.

El tema, seguramente, seguirá. Los dirigentes aún están acostumbrándose a un nuevo panorama tras la aparición de Cantero.

Francisco Schiavo
La Nación, jueves 31 de mayo de 2012

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