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Por las presiones y amenazas recibidas de la barra, el Vicepresidente segundo del Club primero anunció su renuncia, a pedido de sus hijas. El masivo apoyo de los hinchas en las redes sociales hicieron que el historiador reviera su medida y por el momento pidiera licencia.
“La renuncia la presento de manera indeclinable. La verdad estoy pasando malos días, no estoy bien. En lo particular me está destruyendo. Más allá de lo económico a mi me hicieron el apriete, a Claudio Keblaitis. Estoy destruido, todo esto no estaba en mi mente", dijo el Vicepresidente Segundo esta tarde en relación a las amenazas recibidas hace diez días.

En declacariones a La Visera (lunes de 19 a 21 por AM 1400), Keblaitis agregó: “Cuando tus dos hijas te piden llorando que largues todo, la verdad no te dan ganas de seguir. No tengo absolutamente nada de seguridad en lo personal. Ahora estoy por entrar a una reunión de Comisión Directiva y puede que esté mi renuncia hoy.”

Al rato, el historiador publicó en su cuenta de Twitter (@ckeblaitis): "En principio voy a tomar una licencia por 30 dias. Si hay apoyo. Veremos. Esto es muy dificil para mi". Quizás el apoyo popular que se dio en las redes sociales y una charla con los demás integrantes de la "mesa chica" del Rojo que se reúne los lunes hizo que revirtiera su posición inicial.

Y en Todo Noticias completó: "Mi familia está muy preocupada. Pensé que el apoyo iba a ser distinto. Escucho que Boca no hizo caso al Subsef (de no permitirles el ingreso a algunos barras en el partido ante Fluminense), nos sentimos solos y ponemos el pellejo".

La renuncia de Keblaitis demuestra la hipocresia de un sistema corrupto, ligado a intereses económicos, connivencia política y policial, además del resto de los dirigentes, incluída la Asociación del Fútbol Argentino. Cuando todo el tema entre la Comisión Directiva y la barra comenzó, señalábamos que la actitud tomada por el Club obligaba al resto de los dirigentes a actuar en consecuencia, bajo el riesgo de pasar por cómplices de situaciones similares en sus clubes.

Al mismo tiempo, era el poder político, que muchas veces sostiene el poder de los barras, la policía, la Asociación del Fútbol Argentino y en definitiva el Estado (nacional, provincial y municipal) quien también es responsable. Lo concreto es que evidentemente nada de esto funcionó y Keblaitis debe sentirse, como los hombres de bien, demasiado solo.

Por el bien de Independiente y de todo el fútbol argentino, ojalá la decisión de Keblaitis pueda revertirse, pero no basándose en suposiciones, sino en hechos concretos que determinen su regreso al cargo por el cual fue elegido por miles de socios que piensan que el Club puede dirigirse de otra manera.

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