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El presidente de la AFA propondrá, a través de dirigentes de Arsenal, un certamen con 22 equipos, sin promociones, con promedios y tres descensos; sería presentado el martes próximo, ante el Comité Ejecutivo.

Julio Grondona calcula sus pasos con precisión de cirujano. El martes, mientras el comité ejecutivo se interiorizaba sobre el proyecto de la Superliga de primera división, el presidente de la AFA tenía una reunión más importante: estaba en la Casa Rosada, con sus habituales interlocutores del Gobierno, encabezados por el secretario legal y técnico de la Presidencia, Carlos Zannini. Grondona llevó a Balcarce 50 una valija llena de explicaciones. Y puso al tanto a quienes lo escucharon de las eternas necesidades económicas de los clubes.

La superposición de reuniones no fue casual. Rara vez el veterano caudillo del fútbol argentino se pierde un cónclave con los integrantes del comité ejecutivo. "Arréglense entre ustedes, pero escuchen a la televisión", les habría dicho a varios dirigentes, quienes lo consultaron sobre su posición sobre la reforma de los torneos. Se había declarado prescindente. Pero la máxima autoridad del fútbol argentino rara vez patea la pelota afuera.

Por eso habrá un "proyecto oficial" para reformar los campeonatos del fútbol argentino. No lo presentará el propio Grondona, para evitar una sobreexposición semejante a la que ocurrió el año pasado, cuando la iniciativa de reforma del torneo de primera -que incluiría a 38 equipos- suscitó una tormenta de reacciones en contra. Al ver el rechazo de toda la comunidad futbolera, Grondona pospuso el debate y señaló que no apoyaría ningún proyecto. Desde entonces, el presidente de la AFA se dedicó a formar grupos de trabajo que se dedicaran al tema y propusieran alternativas. La creación de la Súperliga, auspiciada por Nicolás Russo, presidente de Lanús, sólo fue la primera.

En realidad, este primer proyecto no tuvo consenso desde que nació. Al escuchar la descripción del nuevo torneo que incluye a la Súperliga -apoyado, sobre todo, por el fútbol del interior-, Grondona supo que se trataba de balas de fogueo; un proyecto cuya principal virtud sería revitalizar un debate que parecía dormido. El presidente de la AFA tiene algo en claro: mantener los promedios y eliminar las promociones. Además, atento a las sugerencias que recibió sobre la movilidad de las categorías, su idea es que en primera haya 22 equipos, lo que permitiría que haya afiliaciones de nuevos clubes en la primera D. Con Miguel Silva -secretario general de AFA y vicepresidente de Arsenal- como cara visible, el proyecto que cuenta con el aval de Grondona sería presentado la semana que viene y tendría el siguiente adn:
  • 22 equipos.
  • Dos torneos: Apertura y Clausura.
  • Sin promociones.
  • Con promedios.
  • Tres descensos y tres ascensos por categoría. La reestructuración alcanzaría a la B Nacional, B Metropolitana, Argentino A y Argentino B.

Los dirigentes que recorren la AFA concuerdan en que la reforma de los torneos se votará recién a mitad de año, durante el receso entre Clausura y Apertura. Y está claro que el proyecto elegido será aprobado por consenso y, al parecer, no por decreto. De cómo se llegue a ese consenso dependerá la fecha en que entrará en vigor. Si los directivos se ponen de acuerdo rápido y hay coincidencia general en cuanto al nuevo formato, el estreno de los nuevos campeonatos podría darse en junio próximo. La primera división mantendría los dos descensos directos y las dos promociones. Los equipos que pierdan los partidos de promoción jugarían partido y revancha contra quienes hayan terminado en el 5º y 6º lugares de la B Nacional. Los ganadores de esas series se asegurarían un lugar en la elite, que quedaría, de ese modo, con 22 equipos.

Más allá de promover este esquema de torneo, Grondona animó a los dirigentes a que quien tenga una versión superadora la presente. Por eso, es probable que uno de los cinco grandes del fútbol argentino diagrame su propia iniciativa y la someta a la votación del resto de los integrantes del comité ejecutivo. Todo hace pensar que el proyecto de la Súperliga está destinado a naufragar y que, de haber alguna reforma, estará en línea con lo que propondrá Grondona. Pero el camino hacia el cambio acaba de empezar.

Alejandro Casar González
La Nación, 15 de marzo de 2012

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