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La Unidad de Coordinación para la Prevención de la Violencia en los Espectáculos Futbolísticos (Ucpevef), a cargo de Juan Carlos Blanco, que depende del Ministerio de Seguridad de la Nación, cumple un año.

No tuvo un buen inicio. En la primera fecha del fútbol profesional bajo su cargo, ocurrió la muerte de la víctima 256. Ramón Aramayo (40) 20-3-2011, hincha de San Lorenzo. Murió en un enfrentamiento con la policía antes del partido que su equipo iba a jugar ante Vélez Sarsfield, finalmente suspendido por incidentes dentro del estadio José Amalfitani.

El 31 de enero del 2012 se registró la última muerte. Victima Nº 261. Aldo Barralda (33) Miembro de la barra de Nueva Chicago "Las Antenas", fue apuñalado tras la pelea que acabó con la muerte de Agustín Rodríguez. Victima Nº 259, en la historia de la violencia en el fútbol argentino. Asesinado a golpes de puño y con “una barreta de fierro”, según dijo un testigo. Por su parte, fuentes policiales confirmaron que el enfrentamiento ocurrió minutos después de “una reunión convocada por el club Nueva Chicago para unir a las dos facciones de la hinchada”, pero que la fallida reconciliación derivó en los trágicos incidentes en la vía pública.

Han crecido exponencialmente los casos de violencia dentro de los clubes de fútbol en el último año. Si bien en muchos casos no se ha llegado a la muerte, hubo demasiadas agresiones -no solo entre los hinchas y amenazas a integrantes de planteles profesionales, sino que también ha aumentado en los partidos y entrenamientos de juveniles en diferentes clubes - de extensa peligrosidad.

Con solo recordar algunos de los últimos acontecimientos violentos, sería más que suficiente para saber que la gestión del Dr. Blanco no tiene la suficiente tenacidad o voluntad para terminar con este flagelo. Considerando que muchos lo reconocen como destacado abogado especialista en seguridad deportiva e importante funcionario nacional, ya que antes del actual cargo estaba trabajando desde hace años en la Secretaría de Deportes de la Nación y cumplió funciones en el Comité de Seguridad en los años ‘90. No podemos pensar que hay desconocimiento del tema o una falta de capacidad. Entendemos que hay elementos suficientes para fundar como hipótesis que el Dr. Juan Carlos Blanco es funcional a la ‘despolítica’ de seguridad que se establece desde las máximas esferas de este gobierno nacional. Por el momento la creación del Ministerio de Seguridad a cargo de Nilda Garré no ha dado novedades respecto a trabajos de prevención en la lucha contra la violencia en el futbol.

Entendemos que las mafias instaladas en los clubes son la principal causa de la violencia en nuestros estadios, que no solo estafan económicamente a nuestras entidades sino, además, se llevan vidas humanas. Asimismo, a partir la creación de los organismos de seguridad especializados en la violencia en el fútbol, desde el año 2003, es ínfimo lo que se ha realizado desde el Estado/Gobierno para desarmar a estos grupos violentos organizados en los clubes de fútbol que tienen como motor la cuestión económica espuria. En contraposición, a los responsables de los organismos de seguridad siempre se los ha visto y se los ve más preocupados por esquivar la responsabilidad que en asumir el compromiso de solucionar el problema.

Barras, hinchas, policías y dirigentes….Todos son producto del combo inefable que conforma y compromete la seguridad deportiva.

Mónica Nizzardo
Salvemos Al Fútbol

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