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Luego de un buen primer tiempo en el que ganaba con justicia, Independiente se echó atrás en el segundo y renunció a la tenencia de la pelota. Se lo terminaron empatando y por poco lo pierde. Parra, el gol del Rojo, que está cerca del año sin vencer como visitante.

No hubo caso, parecía que el Rojo iba a ganar de visitante luego de casi un año (el 17/4/2010 fue la última victoria en esa condición, ante Banfield, por el Clausura 2010) pero finalmente el rival, los desaciertos en algunos cambios y una marcada posición expectante hicieron que terminara empatando con Quilmes.

Si bien el encuentro comenzó con cierto dominio del local, salvo por la voluntad de Kalinsky y Cauteruccio, el Cervecero no inquietaba. En uno de los primeros avances serios del visitante, Jairo Castillo centra para que Facundo Parra, entrando por el área chica, empuje a la red.

Los de Caruso Lombardi sintieron el impacto y desde ese momento fue todo Rojo gracias a la movilidad de los dos colombianos, de Patricio Rodríguez por izquierda, de Tuzzio en la recuperación como volante central, y del goleador, que inquietaba arriba.

Sobre el final de la etapa Jairo acusó un tirón, y sería reemplazado en el entretiempo por Roberto Battión. Primer cambio sorpresivo, el mensaje de Mohamed parecía ser cuidar el gol. Caruso tomó nota e hizo ingresar a Diego Torres, que fue desequilibrante en la remontada Cervecera.

El Rojo, replegado completamente en su campo, pareció renunciar a la tenencia de la pelota y prácticamente no atacó en toda la etapa. Quilmes inquietaba, ganaba el medio y con muy poco generaba peligro sobre el arco de Hilario, que comenzaba a crecer como destacado de Independiente.

Hasta que llegó el inevitable empate, con un soberbio cabezazo dentro del área de Juan José Morales. El desconcierto ganó a los jugadores de Mohamed, que a esa altura había hecho ingresar a Defederico, que sigue sin mostrar nada y hasta tuvo la oportunidad de cederle un pase en soledad al Patito pero prefirió definir él sobre la salida de Trípodi, y Hernán Fredes, en otra variante sin demasiados argumentos.

Quilmes se fue a buscar el partido, el empate no le servía para nada, y casi lo encuentra a fuerza de insistir. La última, un tiro libre que besó el ángulo mientras todos hacían vista. Pompei pitó, y cerró una igualdad con sabor a poco para ambos equipos, comprometidos con el promedio.

Emiliano Penelas

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