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Ayer, el árbitro de Boca-Independiente, Pablo Lunati, habló por Radio La Red y no aplicó ninguna autocrítica. Hoy, en una entrevista en Olé, admite que a veces le dan ganas de pegarles a los jugadores y que lo de Montenegro le "hinchó las pelotas".

Marea Roja para Lunati
La palabra que todos esperaban luego de lo que dejó el clásico del domingo entre Boca e Independiente era la del árbitro del encuentro, Pablo Lunati. Sin embargo, polémico como dirige, el juez siguió filoso con su lengua y revalidó su actuación.
"El primer balance fue que con la terna arbitral jugamos un buen partido", señaló el juez a Radio La Red, para luego continuar su exposición respondiéndole a Juan Román Riquelme, quien había señalado que Lunati "estaba nervioso". "Sus declaraciones fueron desafortunadas -afirmó el colegiado-. Yo no coincido ni con el carácter ni con la forma que tiene de ser. No habla, no se ríe."

El árbitro sin embargo reconoció un error respecto a la falta de Montenegro sobre Paletta: "Me equivoqué, el foul era más roja que amarilla. Son las cosas que tiene el fútbol", y luego agregó sobre la expulsión del Rolfi: "Nunca le dije que ingrese. Lo amonesto a Paletta por lo mismo. Entra porque lo ve a Montenegro que se manda a la cancha". Y aclaró: "El línea me llama, lo miro y me hace señas como que se mandaron los dos. Dormí dos segundos. Lo tendría que haber echado al toque. No podía creer que estuvieran adentro. A Paletta lo perdí. Lo busqué y no lo encontré. Es lo único vamos a llamarlo desprolijo que quedó."

Abrazos con el 10

Por otro lado, en una entrevista que el Diario Olé publica hoy, Lunati confiesa: "A veces tengo unas ganas de pegarles a los jugadores... como ellos a mí cuando les hablo, cuando quiero explicarles cosas y no entienden que es para tranquilizarlos". Para luego seguir con una catarata de barbaridades: "Lo de Montenegro me hinchó las pelotas, la mentira que dijo me jodió, que yo le dije que lo iba a expulsar. La próxima con Montenegro voy a jugar al oficio mudo, sólo le había pedido que bajara los decibeles, a él y a Morel. Ahora, de ahí a que lo haya amenazado, como dijo, es una barbaridad... Pero no me quiero pelear con él, sé que está pasando un difícil momento familiar y espero que lo supere. Prefiero discutir con él de fútbol en otra situación, pero en el próximo partido no lo salvo."

Tampoco se la llevó de arriba Borghi: "Acá te aprieta la circunstancia de que no ganás, que no tenés huevos, que sos defensivo... Y todo ser humano explota. Borghi no es extraterrestre. Debe saber que hay un reglamento que no permite fumar, y se enojó con el cuarto árbitro por eso, que es una falta de respeto."

En La Red se había referido al pelotazo de Núñez que pegó en el travesaño y picó presumiblemente adentro: "Ni cualquier ser humano del planeta podía dar ese gol. La pelota fue muy rápida. Era imposible verlo y Romero estaba muy bien ubicado. Es un excelente juez de línea." Admitió que lo vio por televisión y concluyó que "la pelota no entró toda".

Guillermo Rodríguez toma del cuello al línea Diego Romero. Adelante, Ledesma.

Cuando fue consultado acerca de la roja a Guillermo Rodríguez, Lunati señaló: "No tiene discusión. En el informe está lo que pasó. (Los jugadores) viven con una ansiedad, con toda esa carga que le critican, que si les va bien, si un técnico no gana, viven a demasiadas revoluciones. Muchas veces se contagian de los hinchas."

Otra jugada curiosa fue cuando el juez acercó a Morel Rodríguez y Montenegro, en el primer tiempo, y con un abrazo intentó solucionar un roce entre ambos. La visión de Lunati en La Red fue la siguiente: "Consideré que tratando de bajarle las pulsaciones podíamos seguir conduciéndolo. En ese sentido no me equivoqué. No hubo una patada en 95 minutos de juego. La conducción no falló. No soy amigo de los jugadores. Si puedo evitar una amarilla, una roja charlando lo hago. Es la forma que tengo de ver el fútbol."

Por último, dijo que "el futbol argentino es el más difícil del mundo para dirigir", y fue contundente al decir que desde su punto de vista "no debería ser parado" por la AFA. "Como soy en el arbitraje, soy en mi vida. Cuando me equivoco lo reconozco. Todos los árbitros somos seres humanos", finalizó.

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