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Mariano Closs contó lo que todos veían: que Arsenal, el equipo fundado por Julio Grondona, estaba siendo beneficiado por el pobrísimo arbitraje del paraguayo Ricardo Grance en la final de ida de la Copa Sudamericana. Fue muy duro, pero certero. Sin embargo, Fox Sports decidió excluirlo de la revancha. Argumentó que Closs podía sufrir represalias en la cancha de Racing, donde Arsenal terminó celebrando el primer título internacional de su historia, para felicidad de doña Julia, la mamá de Grondona, que tiene 101 años de vida, más del doble que el club de Sarandí. Closs envió abogados y retomó su puesto en el Mundial de Clubes de Japón.


TyC Sports hizo aún más claro el mensaje. Despidió después de once años a Román Iucht, uno de sus rostros principales. No mediaba conflicto alguno, sino más bien lo contrario, felicitaciones por su trabajo y promesas de continuidad. Dos fueron las causales no oficiales del despido. Su pertenencia histórica al equipo de Víctor Hugo Morales en radio Continental, de línea editorial fuertemente crítica a los veintiocho años de gestión que lleva Grondona en la AFA. Y, más reciente, el "palo" que le tiró Alfio Basile luego del triunfo de la selección ante Venezuela en Maracaibo, cuando el DT, de modo inesperado, le dijo que era "un contra", hincha de Marcelo Bielsa y que se había alegrado por la derrota ante Brasil en la final de la Copa América.

TyC Sports también cesó el vínculo con Gustavo Grabia, quien mantenía un excelente espacio en Estudio Fútbol informando sobre su especialidad, la violencia en las canchas, crónicas que incluían videos y fotos de los barras, pero también detalles sobre sus vínculos con la dirigencia. TyC Sports y Fox Sports, se sabe, están bajo control de una misma empresa, Torneos y Competencias (TyC), con la cual la AFA de Grondona estableció una sociedad de 29 años, que comenzó en 1985 y concluirá en 2014, sin licitaciones y a precios de mercado cuestionados por los especialistas. El hoy gobernador de Chubut, Mario Das Neves, pidió en su momento a la Justicia que investigara si Grondona recibía beneficios económicos de TyC Sports. Más filoso, como es su costumbre, Maradona dijo una vez al diario Crónica que "se sabe que Grondona es socio de [Carlos] Avila y nadie dice nada".
-¿En la ferretería?, preguntó el periodista.
-No nos chupemos más el dedo, respondió Diego.

TyC ya no es más Ávila, el humilde ex cadete del Once que construyó un imperio mediático gracias a los contratos de la AFA y que una vez llamó al periodista Elio Rossi para dejarlo al habla con Fernando Miele, "un amigo", luego de que aquel lo denunció ante las cámaras por negociados en compra y venta de jugadores, y libramiento de cheques sin fondos. Fue después del despido de Adrián Paenza y antes de que Ramiro Sánchez Ordóñez, también cesado, osó preguntarle a Grondona por qué no había árbitros judíos en Primera. La respuesta, de tono antisemita, obligó a disculpas de Grondona, hoy tan intocable como José María Aguilar, como bien lo sabe un productor que fue apartado unos meses por poner al aire a Javier Castrilli criticando al presidente de River. "Este es un canal de entretenimientos, no podemos criticar a nuestros socios", ordenó un gerente al staff periodístico convocado en aquellos días al Hindú Club de Don Torcuato.

La TV, es cierto, privilegió desde hace tiempo el entretenimiento a la información. Y, peor aún, convirtió a la información en entretenimiento. El periodismo deportivo sufrió las consecuencias. "La televisión ha hecho del deporte un espectáculo después de haber hecho del espectáculo un negocio", escribió el especialista francés Jean Meynaud. En tiempos de un peso igual a un dólar, hubo periodistas estrellas que ganaban más que clubes de Primera.

Los programas de polémicas ayudaron a ese escenario. Se gritaban "verdades", olvidando lo que pidió una vez un columnista del Washington Post en plena euforia por el escándalo de Watergate: "Seamos modestos, señores de la prensa, tenemos muchos motivos para serlo". La transmisión de partidos por TV "no es periodismo, es show", blanqueó hace unos años José Hawilla, titular de Traffic, que era la TyC de Brasil y a quien el Senado brasileño investigó por sus vínculos con Ricardo Teixeira, presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF). El matrimonio TV-deporte transmitió emociones y hazañas célebres, pero afectó, por un lado, reglamentos deportivos y, por otro, el derecho a la información. Ya no es noticia lo que se dice, sino lo que se calla.

TyC, ahora bajo control de capitales y conglomerados internacionales, y socio con el Grupo Clarín en la explotación televisiva del fútbol, acata igual que Fox los pedidos que llegan de la calle Viamonte. A Grondona nunca le gustaron los periodistas "una corporación peor que cualquier gobierno socialista", según los definió una vez a La Nación.

En otra entrevista dijo que le temía más a un micrófono que a una itaka. "Se puede vivir sin medios. Yo lo hice durante veinticinco años, primero sin medios y después con los medios en contra", dijo Grondona en 2004 a la agencia Télam. En la televisión, excepto algunos ejemplos de dignidad profesional que aún hoy se ven, no fue ni será así. Habrá que gritar, disfrazarse, bailar y contar chistes. O cantar por un sueño. Por un feliz 2008.

Por Ezequiel Fernández Moores
Publicado por el diario La Nación el sábado 29 de diciembre de 2007.

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