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Reproducimos la entrevista que hoy, viernes 19 de septiembre, publica el diario La Nación al técnico de Independiente, Pedro Troglio.



Casi siempre mira a los ojos. Habla con naturalidad y no hace falta arrancarle las palabras. Quizás haya influido el curso de periodismo que hizo durante sus últimos años como futbolista, en Gimnasia y Esgrima La Plata y en Villa Dálmine, en el ascenso. Pedro Troglio no quería ser director técnico y pensaba alejarse del ojo del huracán . No pudo. Un poco porque se sintió vacío lejos de la pelota. Y otro poco por la insistencia familiar, que, según sus palabras, le vio "pasta" para la profesión. Mucho y poco transcurrió desde aquella presentación como entrenador de Godoy Cruz, en la B Nacional, en 2004, hasta la auspiciosa actualidad con Independiente, líder del Apertura. En el medio queda una historia de amor con Gimnasia que, como tal, supo de días felices y de tumultuosas despedidas. Troglio dice sentirse ansioso y que con cuatro victorias en los seis partidos que restan le alcanzaría para el título. Se le pregunta por la mejor virtud de Independiente y no duda. "El hecho de haberse dado cuenta de sus propias limitaciones y de agregarle a su condición técnico-táctica el esfuerzo, el trabajo y el corazón que le pone. Siempre hay un equipo que da un plus por sobre los demás, e Independiente tiene un plus en cuanto a la entrega y al corazón."

-¿Hoy influye más lo anímico?
-Siempre fue así. En otras épocas había cinco o seis planteles que tenían 30 fenómenos y sacaban una diferencia sobre los demás. En un fútbol tan parejo, lo que te hace distinto es la cabeza.

-¿Cómo ves al equipo?
-A veces, Independiente es un equipo que emociona a los que estamos afuera y que hace que uno se sienta identificado con él. Tengo un equipo de jugadores que se matan por el compañero. Hay tres jugadores (Montenegro, Sosa y Denis) que están pasando un momento fantástico arriba, pero hay ocho que los sostienen y que se sacrifican para que los de arriba tengan esa libertad y los espacios. Pero también hay equivocaciones en todos los partidos.

-¿Qué atributos tiene Independiente para ser campeón?
-Hambre de gloria, no quiere volver atrás con lo que sufrió y porque tiene a Montenegro, que es el mejor jugador del fútbol argentino, y al goleador, Denis.

-¿Rolfi es el mejor que tuviste?
-Sí. Le vi hacer cosas que muy pocos pueden. Es impresionante. Pero insisto en que el equipo tiene un montón de obreros que se desviven por el objetivo.

-¿Con Denis trabajaste más dentro o fuera de la cancha?
-Afuera. Antes de llegar, sin hablar con él, dije que iba a ser el goleador del torneo. Puedo ser el mejor motivador, pero el que puso la cara contra las put... fue él. Tiene un mérito enorme.

-¿Cómo te ves en la última fecha?
-No sé espero que dando la vuelta olímpica. Vamos a luchar hasta el último partido. Veremos si los demás nos dejan o no se mete alguno más en la pelea.

-¿Aceptaste las críticas cuando te quejaste de los arbitrajes?
-Cuando uno termina el partido sale y se queja porque las necesidades son distintas. La del periodista, la del jugador, la del dirigente y la del técnico. Si pierdo, a mí me echan al tercer partido y, a lo mejor, estoy dos años sin dirigir. Puede pasar. El jugador, si juega mal, va al banco. O si lo echan no juega un partido. A los árbitros los paran una fecha y vuelven. Los periodistas están sentados y opinan. El dirigente sigue siendo dirigente. Los más complicados somos los técnicos.

-¿Entendés los errores o pensás que puede haber intereses?
-Entiendo que se equivoquen porque no es fácil decidirse en poco tiempo

-¿Hasta el error más grosero?
-Hasta el más grosero. Sería una locura si creyera que quieren que salga campeón tal o cual. Sí creo que influye mucho dirigir en la cancha de River o en la de Boca. Siempre se está más expuesto con un grande. Me pasó jugando para River; sentís que una mancha es cobrada foul y en Gimnasia todo lo contrario. Pero no creo en la mala fe de los árbitros.


En cada práctica, Pedro Troglio parece un jugador más. Camuflado con la misma ropa que el plantel, lo único que lo distingue es una gorra blanca que usa al revés. Aunque, rápido, acota: "Eso y los diez kilos de más que tengo ahora, je". Enseguida, Troglio explica y defiende su método: "Como jugador no me gustaron los técnicos dictadores. Cuando llegué dije que venía a buscar afecto. Como técnico dictador tengo dos posibilidades: soy campeón o me voy como un hijo de p... Si me acerco a ellos, me voy campeón o me echan, pero voy a quedar como un buen tipo y laburador. Yo tuve más técnicos tranquilos que dictadores. Tuve al Bambino Veira, a Griguol. Siempre pensé en manejarme como ellos. Si a los jugadores los tratás bien, laburan igual y se matan el doble por vos. De la otra forma van con fastidio a entrenarse, tristes ".

-O el grupo se le puede dar vuelta al técnico
-No se le da vuelta ni le hace la cama, juega de otra manera, desganado. No es lo mismo porque lo hace inconscientemente. Si le hacen la cama, es premeditado. Cuando se entra triste en la cancha las cosas no salen igual. Si vas perdiendo, no hay capacidad de reacción. No es lo mismo que estar muy identificado con el entrenador, querés defenderlo a muerte

-¿Cómo llevás tu trabajo en medio del vértigo?
-En estos momentos lo disfruto, pero cuando las cosas van mal es muy duro. Vengo y lo hago feliz, pero es como cuando te estás fundiendo en un negocio. Venís con una carga terrible de responsabilidad. Cuando el negocio te da fortunas, venís de otra manera. Cuando las cosas están complicadas me amargo muchísimo. Cuando pierdo me siento una mala persona porque el ambiente te hace sentir así; por las put.., por el poco reconocimiento cuando vos te levantás temprano, laburás, le ponés ganas. Yo vivo 24 horas para el fútbol. Entonces, el poco reconocimiento cuando las cosas van mal es durísimo. Pero sabía que era así.

64 es el porcentaje de efectividad de Troglio en Independiente.

Por Francisco Schiavo

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