La fuerza sentimental de Galicia en Avellaneda

<p><em>Mario Gardel, desde Galicia, nos habla sobre la relación entre su terruño y los Diablos Rojos.</em></p><p align="center"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5452683013088474514" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjUNFopawP8NTs5VHe7RxS42_awBQxMNnvuP9xOmMYepaFKH8QmssEpKzDiHxNXiDC0DKYnnLBo4FalCtARi7vi_SQ4d3WOlz05-dDRdEu4pbbjwucVl6rMDC4VuHW4nQQUChnQZMeLHFU/s400/untitled.bmp" style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 305px; CURSOR: hand" /><em><span style="font-size:85%;">Vieja cancha de Crucesita</span></em></p><p>Es en Avellaneda en la zona de los “Diablos Rojos” el lugar del mundo en el que se asentaron más emigrantes gallegos. Allí está en la avenida Mitre el buen edificio del Centro Gallego que ya cumplió el centenario. Mi buen amigo Carlos Penelas tiene muchas razones para ser de “Independiente” pero la verdad es que no hay que darle muchas vueltas al asunto. Los <em>gayegos</em> en Buenos Aires se sentían “independientes” para luchar por una nueva vida. Así lo hicieron y triunfaron porque fueron patriotas del sudor en un país de malandras que se quedó anclado a la boludez peronista. No se cruza el mar dejando atrás un hermoso bosque repleto de robles y de manantiales que brotan entre duras rocas graníticas para especular. </p><p>Se va para Avellaneda pensando en el futuro de los hijos. Si señores, así son los <em>gayegos</em> que buscan un lugarcito para la familia. Un fogón que caliente a la descendencia. Ellos no tienen frío, ellos no tienen quejas, ellos tienen ilusión. Los domingos hay que ir a la cancha. Antes era obligatorio oír misa. Creo que se capta la diferencia entre voluntario y lúdico y obligatorio y aburrido. Los <em>gayegos</em> viajan con su identidad que incluye la música tradicional en la cual la gaita es esencial. Pues el tema se arregla con un grupo de gaiteros que toca en la cancha antes de cada partido de los Rojos.</p><p>Ser socio del equipo “Rey de Copas” es un orgullo y una forma de agradecer al nuevo país el refugio de mate y asado que amortigua la morriña. Siempre laburando pero sin perder el norte que no es otro que dejarle algo a los descendientes: ya sea estudios o patrimonio. También se deja en herencia una pasión por un club de fútbol que cada tanto mete algún golazo. Me gustaría conocer la lista de jugadores de origen gallego que pasó por “Independiente” para confirmar que en ningún equipo del mundo hubo más emigrantes de la tierra de Rosalía de Castro.</p><p>Quiero puntualizar que los argentinos tienen la asignatura pendiente de corregir su propia historia comenzando por el apellido del primer presidente que se apellida Ribadavia. No se escribe con “be corta” porque del latín “ripa” sale el actual ribera que en gallego es riba. La ciudad y municipio de Ribadavia en Ourense significa que está situada en la orilla del río Avia.</p><p>Otro detalle para los hinchas Rojos que también recordé en <a href="http://lacalderadeldiablo.blogspot.com/2009/08/una-insua-es-una-insula.html">otro artículo</a> aquí en <strong>La Caldera del Diablo</strong>, es que el apellido gallego Ínsua se refiere a una ínsula, es decir, una isla fluvial. En la desembocadura del Paraná, en Tigre, hay cientos de ínsuas que es la denominación en idioma gallego de una “isla fluvial”. En el mar son illas=islas. Pido, por favor, que se pronuncie con el acento en la “i” como se hace por ejemplo en el municipio de Fisterra que es el solar nativo del 99% de los apellidos Ínsua que se contabilizan en la Argentina. </p><p>Por muchos jugadores de Independiente corre sangre de Galicia. El sentimiento emigrante se manifiesta en el juego limpio y honrado. Los gallegos son enemigos de las coimas y de los coimeros que están destrozando al fútbol argentino. El gran Carlitos Chaplin decía que “es bueno ir a la lucha con determinación, abrazar la vida con pasión, perder con clase y vencer con osadía”. Creo que la gente de Independiente debe seguir siempre una línea ética en la que el deporte no se contamine con la guita fácil.</p><p>Mario Gardel</p>

La fuerza sentimental de Galicia en Avellaneda

Mario Gardel, desde Galicia, nos habla sobre la relación entre su terruño y los Diablos Rojos. Vieja cancha de Crucesita Es en Avellaneda en...

Leer más »

La ética de Obdulio

<em>Luego del clásico rioplatense, nuestro amigo Mario Gardel, desde una esquina montevideana, nos hace llegar este recuerdo del gran Obdulio Varela, líder del Uruguay que acalló al Maracaná. Ojalá su espíritu inspire a los muchachos de Tabárez para derrotar a Costa Rica. </em><br /><br /><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5388843772720450466" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhSEhPqI8CWG_uOhC6y9-mKCszSF8aH-U_KZp5-rmkcyIBlDahPGBDxi6jbMXelcbCY6yxbdM2ofxQUFf75D5Wf3IvhZkGWwwxkxXeMlMAtSPAKS8y-Xbr0p6TL577ArzmfpDxenl8jOUM/s400/obdulio-varela.jpg" style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 291px; CURSOR: hand" /> <p>En la esquina los muchachos se quedaron bastante sorprendidos cuando se enteraron de que en 1950 los dirigentes de la Asociación Uruguaya de Fútbol no daban un peso por la selección nacional. No entienden nada y se les caen las estanterías porque siempre escucharon que fue una gran gesta. Aquel Maracaná derrotado por la garra charrúa (ahora saben que la palabra charrúa es gayega como bien lo documenta el sanducero Daniel Vidart en su libro “El rico patrimonio de los orientales”) de un equipo en el que ningún jugador tenía medio gramo de sangre indígena en sus venas. </p><p>Se acerca don José Gervasio y la barra se desespera por preguntarle sobre el gran campeón Obdulio Jacinto Varela. Quieren que cuente sus encuentros con él y esperan conocer anécdotas que ilustren sobre su personalidad. </p><p>- Usted, don José, el otro día nos dejó medio cortados al comentar sobre el triunfo de Maracaná algo así como que los dirigentes se apropiaron del éxito de los jugadores. Dijo también que non confiaban para nada en el triunfo. Cuente, por favor.<br />- Bien, muchachos. El tema es delicado porque acá en el Uruguay siempre se intentó sacralizar ciertos temas que no interesaba aclarar (a los que tenían la manija ¿me entienden?) o poner sobre la mesa. Ya saben…Artigas, los charrúas, el mate. Otra venda sobre los ojos de la sociedad uruguaya sigue todavía hoy ocultando una realidad en el deporte más popular. Casi se puede decir que el único deporte porque cada vez el fútbol es más importante. Cuando yo era botija se hablaba de Dogomar (boxeo) y se hablaba de Atilio (ciclismo) pero ahora lo único que cuenta es una globa de cuero hecha en India o Pakistán por medio de la explotación de niños que laburan 12 horas por medio euro al día. </p><p>- De acuerdo, don José, pero no se nos vaya a la quinta de las albahacas que queremos nos cuente sobre Obdulio. Compramos productos salidos del trabajo infantil porque estamos en la rueda y nos tenemos que joder porque las fábricas uruguayas de pelotas de fútbol cerraron. Algunos le llaman globalización pero pueda que sea la nueva esclavización que es lo contrario de la civilización.<br />- Ta…los entiendo. Pero deben comprender que la joda es tan grande que ya me calienta. Miren para China y piensen en Mao (no estoy hablando de la prehistoria) viendo lo que están haciendo en un país gobernado por un partido único que sigue llamándose comunista. Los cagaba a patadas en el culo. Exportan basura de plástico salida de factorías en las que laburan millones de esclavos. Es increíble pero China volvió al feudalismo. Empeoraron. Antes el campesino no tenía nada. Ahora el empleado de cualquier empresa además está endeudado. </p><p>- Vamos don José, por favor, háblenos de Obdulio.<br />- Perdón, vayamos al fútbol. Bueno… mejor les hablo de la ética del Capitán del 50 con algo real que me hace acordar el desprecio de los malandras (entre ellos Fructuoso Rivera) para don José Artigas. A Obdulio lo cagaron ¿me entienden? Al generoso jugador, al noble ciudadano que hizo al Uruguay famoso en todo el mundo lo jodieron dos veces. No se puede creer. Ya les conté que unos chorros de tercera división le afanaron el Ford del 31 para venderlo por piezas. Luego un grupo de peñarolenses de corazón impulsados por un señor apellidado Ferrando juntan guita y le entregan el 23 de marzo de 1953 otro Ford pero del año 1935. </p><p>- Si no entendemos mal don José el gran Obdulio estaría feliz y agradecido porque volvió a tener auto. Quizás más por el gesto que por el valor que él le daba a las cosas materiales.<br />- Veo que están la onda o en la bocha, queridos muchachos. Van entendiendo que la fama a Obdulio nunca se le subió a la cabeza y que fueron otros los que se aprovecharon. Ahora viene lo triste. Sería cómico si no hubiese por el medio un grupo de malos uruguayos. Pienso en un calificativo y me parecen todos muy suaves para su ofensa al Gran Capitán Celeste. Obdulio vendió el auto para hacer el garaje de su casa. Parece un chiste pero es la otra cara de la moneda: una colecta buena y otra para la casa fue un trucho. </p><p>- ¿Hubo una colecta para comprarle una casa a Obdulio?<br />- Si, claro que hubo pero lo que recogió fue una puñalada directa en el corazón. El mayor desengaño. Se lo cuento a ustedes para que no les vengan vendiendo banderitas uruguayas. Hoy sigue habiendo en el fútbol muchos delincuentes pero creo respetan un código ético en el que se dice claramente que entre bomberos no hay que pisarse la manguera. </p><p>- ¿Pero que fue lo que pasó? Somos unos abombados. Siempre pensamos que a Obdulio lo trataron bien porque fue lo que escuchamos. Cuente don José.<br />- La cosa fue en el 54 después del Mundial de Suiza (ya saben que a Uruguay no le fue bien porque Obdulio estaba lesionado) cuando se crea un Comité de Homenaje pro casa de Obdulio Varela que recaudó mucha guita de gente que quería que el héroe de Maracaná tuviese una vivienda digna en Montevideo. Llevan a Obdulio ver una casa en la calle Coronel Alegre muy cerca de donde vivía en aquel momento. Le gusta mucho. Está bien construída, cómoda, sin ser un gran lujo. Un día lo citan para hacerle entrega de lo recaudado porque la colecta había finalizado. Imaginen la alegría en su cara sonriente pensando en la casa para la familia. Le hacen entrega de un cheque con lo recaudado. Imaginen ahora la cara que se le pone. El escritor Radamés Mancuso transcribe las palabras de Obdulio: “Cuando leí la cifra, casi me desmayo, palabra de honor. No supe en un primer momento si agradecer o insultar, pero tengo entendido que hice las dos cosas…Creo que ni saludé. Me di vuelta y entre irritado y confuso salí salí de la sede con todas las injurias que no pude vomitar metidas entre los dientes.” Juzguen ustedes, muchachos, lo acontecido. La guita se la llevaron los organizadores de la colecta y al destinatario le dieron unas chauchitas. Más o menos la décima parte de lo que costaba la casa prometida en Coronel Alegre. Nadie averiguó el nombre de estos terroristas. Propongo que se haga ahora. Nunca es tarde para hacer justicia. Pido que se les quite la ciudadanía (ya se que es post mortem pero si por una casualidad están abrazados a una bandera con rayas azules y blancas pueda que les duela convertirse en apátridas). </p><p><strong>Mario Gardel</strong></p>

La ética de Obdulio

Luego del clásico rioplatense, nuestro amigo Mario Gardel, desde una esquina montevideana, nos hace llegar este recuerdo del gran Obdulio Va...

Leer más »

Entre goles y golazos

<p><em>Mientras esperamos al clásico de Avellaneda, nos metemos con otro gracias a Mario Gardel y su relato entre los grandes del fútbol uruguayo Peñarol y Nacional.</em></p><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5384493067899250738" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh1ySCz0Giv4hkG3aquxWrQsj32Hf73aQO49AygtqimSExiIvYNV_o_kAuf8XXQujQL94nXAUeCbBaCx2pZA63kBBNvzXodepuXS6LgPP7h4eXCT_TV3bynMeaFGP4iYSZvdpjeMQ4kqOo/s400/Pe%C3%B1arol-Nacional.jpg" style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 202px; CURSOR: hand" /> <p>En la esquina andan dándole vueltas al asunto de los orígenes del fútbol en la República Oriental del Uruguay. Saben que lo trajeron a Montevideo los empleados ingleses del <em>Ferro Carril Central del Uruguay</em>. Unos son de Nacional y otros de Peñarol y discuten con pasión sobre los títulos, campeonatos y copas obtenidos. Cada hincha sostiene convencido que su cuadro es el mejor.</p><p>Se acerca don José Gervasio que además de periodista jubilado de <em>El Día</em> no es hincha de ningún grande. Su corazón está repartido entre Cerrito y Ciclón. Aunque de Ciclón es reciente aficionado no se pierde un partido del nieto que juega al <em>Baby Football</em>. Todos los sábados se acerca a la cancha que está al lado de la fábrica de vidrio; allá arriba antes de de Chimborazo por la avenida San Martín. </p><p>- Usted, don José nos podrá aclarar un poco el asunto de Nacional y Peñarol. Además de escribir en la prensa resulta que es de un equipo chico por lo que no tendrá debilidad “manya” o “bolsilluda”.<br />- La pucha… la cosa se pone brava, muchachos. Si bien es cierto que no tengo el sentimiento de ustedes hacia uno u otro equipo tampoco les puedo asegurar una imparcialidad total. No se si existe el uruguayo objetivo delante de un partido de fútbol. Hasta se puede criticar al diputado que votás pero a tu equipo… no se… es algo que está por encima del bien y del mal. </p><p>- Bueno, ta. No le pedimos don José que sea desapasionado pero que intente ser lo más objetivo que pueda. Usted tiene unos jugadores allá arriba en un pedestal pero dejando a un lado a la “celeste” habrá entre Nacional y Peñarol uno que sea más grande ¿viste?<br />- Antes de que me rompan el mate voy a intentar arrancar por algún lado haber si debatiendo llegamos a algún puerto. Se puede enfocar a cualquier jugador desde dos puntos de vista: el deportista y el ciudadano. Quiero decir que el mejor es el que es bueno dentro y fuera de la cancha. La vida son muchos más partidos que los del Campeonato Uruguayo. Me van a decir que hay que separar los goles del Estadio Centenario que son profesionales de los de la vida normal de un montevideano cualquiera. No estoy de acuerdo. Para mi es grande aquel jugador que suma al buen manejo de la pelota el control de su vida posterior. El éxito pasa rápido y si lo que queda es un tipo deprimido estamos delante de un jugador de mierda ¿me entienden? </p><p>- Lo que nos quiere decir es que no hagamos divisiones entre dentro y fuera de la cancha. Entendemos su razonamiento don José pero es de poca ayuda. Queremos que se moje y elija entre los dos grandes del fútbol uruguayo. Habrá uno mejor y otro peor: así de simple. ¿no es cierto?<br />- Yo los comprendo pero se de antemano que diga lo que diga ustedes seguirán sintiendo lo mismo. Son incapaces de ver la pelota desde fuera. Creo que si vemos los datos de la temporada 1900 -cuando el campeonato se llamaba <em>The Uruguay Association League-</em> no tendrán interés para ustedes porque digan lo que digan los diarios de la época “mi cuadro es lo máximo”. Acá nadie separa jugar bien de ganar. Lo importante es sumar puntos. Así vamos… cagados… eliminados… y con los jugadores en la emigración europea. </p><p>- De acuerdo don José. Ya sabemos que usted es un filósofo pero no hay que exprimirse el boniato para afirmar que nuestro equipo es el mejor. Andá, loco… eso es obvio. Los goles de nuestro equipo son nuestros goles y nos parece de boludos el criticar un sentimiento. No somos tan giles ni tan tarados ni tan acomplejados para hacerle un estudio psicológico a cada gol y cada partido.<br />- Ya sabía yo que llegaríamos a esto. Yo los aprecio mucho, muchachos. No piensen ni por un momento que los estoy menospreciando pero no deben caer en la gilada de valorar negativamente todo atisbo de separación racional entre el acontecimiento y el sentimiento. Un gol es un gol tanto acá como en Tacuarembó y suma lo que suma entre en el arco de Nacional o en el arco de Peñarol. En eso estamos de acuerdo ¿verdad? Claro que si ese gol nos hace campéon entonces es un golazo. Les pongo un ejemplo: el primer campeón uruguayo fue Peñarol en el año 1900. Ganó todos los partidos, metió 36 goles y recibió 2. Ahora los de Nacional me dirán que hace mucho tiempo y que participaban pocos equipos. Los de Peñarol sacarán pecho. Fueron los primeros en llevarse un trofeo y agregarán que jugaba Juan Pena, un <em>gayego</em> que fue el primer innovador en el fútbol uruguayo. </p><p>- Visto así parece que no hay manera de entenderse porque no somos capaces de separar un resultado adverso de la carga jodida que trae encima. Lo peor no es perder pero no hay quien aguante las risas de los hinchas rivales. Te dan ganas de borrarle la sonrisita a piñazos.<br />- Veo que están pegando en el palo pero ahora me tengo que ir. La vieja me espera con el matecito caliente y no quiero que se enfríe. Mañana seguimos. Les quiero hablar del inmenso Obdulio Jacinto Varela, el gran capitán. </p><p>Mario Gardel</p>

Entre goles y golazos

Mientras esperamos al clásico de Avellaneda, nos metemos con otro gracias a Mario Gardel y su relato entre los grandes del fútbol uruguayo P...

Leer más »

Una ínsua es una ínsula

<div align="left"><em>El amigo Mario Gardel nos escribe desde Galicia para aclarar algunas cuestiones con los apellidos galaicos, especialmente los de Rubén Darío, Federico y Emiliano... Ínsua.</em></div><p align="center"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5370810981517256354" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjP-SoU6VN86x2AYRaZVgPeHfnmGGIeZN_Z4WsCPMIMzW_-KLP304omtd6MlCGy6LmWN2cunOfCQ0dzVkXUsDXUnvxI5V0zo5iri9bnoBPZ3NiAWerc9c9ZvlJ2ciTQoeBiEzhxF-BzHP7a/s400/Insuapp.jpg" style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 274px; DISPLAY: block; HEIGHT: 400px; CURSOR: hand" /><em><span style="font-size:85%;">Rubén Darío Ínsua, el Gallego</span></em></p><p>Dicen los que saben que hay dos lugares en el mundo en los que el apellido Ínsua [ojo, con el acento gráfico en la “i”] es muy común. En el municipio gallego de Fisterra y en el argentino de Avellaneda. No hay que ser un gran intelectual para darse cuenta que fueron los emigrantes de Fisterra los que poblaron los barrios de Avellaneda en su esfuerzo por construirse un lugarcito en el sur.</p><p>En castellano también tenemos una palabra que significa lo mismo y que todos conocemos porque don Miguel de Cervantes la utiliza en <em>El Quijote</em>. ¿Recuerdan el premio que obtendría Sancho por acompañar al aventurero caballero? Era la Ínsula Barataria que si bien no existía -o si porque nunca se sabe- no era una isla. Las islas están en el mar y las ínsulas en los ríos. Unas son siempre marinas y las otras son siempre fluviales. En la variada geografía de la República Argentina hay de las dos clases. En el Paraná por ejemplo y en el delta de Tigre hay montón de ínsulas [en gallego son ínsuas] pero las llamamos islas.</p><p align="center"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5370809302705301074" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgwud8MvTinsCXUTX5NVvAI1aaxigfuzO60TblgVP-_TJALKjcJZIW6_9qiDxU3O4kb88snup1YAJ7JabVs674a6rWC3-v7pd1O87ZYzfQyjhvLPcYSrKNuTr6iQjhALBpxitR2Xq_7UJ9b/s400/Rabona.jpg" style="TEXT-ALIGN: center; MARGIN: 0px auto 10px; WIDTH: 400px; DISPLAY: block; HEIGHT: 327px; CURSOR: hand" /><em><span style="font-size:85%;">Federico Ínsua, el Pocho</span></em></p><p>Aclarado el tema pido que se deje de llamar a los <em>gayegos</em> Ínsua como si fuesen vascos. El propietario de la conocida cadena de parrilladas “La Farola” que nació en Fisterra, está acostumbrado después de más de cuarenta años, pero quiere que alguien le ponga el acento en la “i”. Creo que los “Rojos” Rubén Darío y Federico ya hicieron hincapié en el tema y espero que ahora Emiliano [que no es nuestro pero buena gente] en el Liverpool haga lo mismo. </p><p>Otro día hablaremos de la cagada porteña de joderle el apellido a don Bernardino, el primer presidente que era también gallego pero de Ourense de al ladito de un río que se llama Avia.</p><p>Mario Gardel</p>

Una ínsua es una ínsula

El amigo Mario Gardel nos escribe desde Galicia para aclarar algunas cuestiones con los apellidos galaicos, especialmente los de Rubén Darío...

Leer más »