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Mario Gardel, desde Galicia, nos habla sobre la relación entre su terruño y los Diablos Rojos.

Vieja cancha de Crucesita

Es en Avellaneda en la zona de los “Diablos Rojos” el lugar del mundo en el que se asentaron más emigrantes gallegos. Allí está en la avenida Mitre el buen edificio del Centro Gallego que ya cumplió el centenario. Mi buen amigo Carlos Penelas tiene muchas razones para ser de “Independiente” pero la verdad es que no hay que darle muchas vueltas al asunto. Los gayegos en Buenos Aires se sentían “independientes” para luchar por una nueva vida. Así lo hicieron y triunfaron porque fueron patriotas del sudor en un país de malandras que se quedó anclado a la boludez peronista. No se cruza el mar dejando atrás un hermoso bosque repleto de robles y de manantiales que brotan entre duras rocas graníticas para especular.

Se va para Avellaneda pensando en el futuro de los hijos. Si señores, así son los gayegos que buscan un lugarcito para la familia. Un fogón que caliente a la descendencia. Ellos no tienen frío, ellos no tienen quejas, ellos tienen ilusión. Los domingos hay que ir a la cancha. Antes era obligatorio oír misa. Creo que se capta la diferencia entre voluntario y lúdico y obligatorio y aburrido. Los gayegos viajan con su identidad que incluye la música tradicional en la cual la gaita es esencial. Pues el tema se arregla con un grupo de gaiteros que toca en la cancha antes de cada partido de los Rojos.

Ser socio del equipo “Rey de Copas” es un orgullo y una forma de agradecer al nuevo país el refugio de mate y asado que amortigua la morriña. Siempre laburando pero sin perder el norte que no es otro que dejarle algo a los descendientes: ya sea estudios o patrimonio. También se deja en herencia una pasión por un club de fútbol que cada tanto mete algún golazo. Me gustaría conocer la lista de jugadores de origen gallego que pasó por “Independiente” para confirmar que en ningún equipo del mundo hubo más emigrantes de la tierra de Rosalía de Castro.

Quiero puntualizar que los argentinos tienen la asignatura pendiente de corregir su propia historia comenzando por el apellido del primer presidente que se apellida Ribadavia. No se escribe con “be corta” porque del latín “ripa” sale el actual ribera que en gallego es riba. La ciudad y municipio de Ribadavia en Ourense significa que está situada en la orilla del río Avia.

Otro detalle para los hinchas Rojos que también recordé en otro artículo aquí en La Caldera del Diablo, es que el apellido gallego Ínsua se refiere a una ínsula, es decir, una isla fluvial. En la desembocadura del Paraná, en Tigre, hay cientos de ínsuas que es la denominación en idioma gallego de una “isla fluvial”. En el mar son illas=islas. Pido, por favor, que se pronuncie con el acento en la “i” como se hace por ejemplo en el municipio de Fisterra que es el solar nativo del 99% de los apellidos Ínsua que se contabilizan en la Argentina.

Por muchos jugadores de Independiente corre sangre de Galicia. El sentimiento emigrante se manifiesta en el juego limpio y honrado. Los gallegos son enemigos de las coimas y de los coimeros que están destrozando al fútbol argentino. El gran Carlitos Chaplin decía que “es bueno ir a la lucha con determinación, abrazar la vida con pasión, perder con clase y vencer con osadía”. Creo que la gente de Independiente debe seguir siempre una línea ética en la que el deporte no se contamine con la guita fácil.

Mario Gardel

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