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Con autoridad y momentos de buen fútbol, Independiente derrotó 2 a 0 a Gimnasia con goles de Gabriel Ávalos y Álvaro Angulo y quedó como líder en soledad de su zona, y se viene River.

En una noche agobiante, Independiente tuvo 15 minutos muy buenos de arranque ante Gimnasia. Rápido Ávalos, ligero Millán y en todos los sectores de la cancha Loyola. Entre los tres generaron varias situaciones hasta que a los 7' un remate de Millán derivó en penal, que Ávalos cambió por gol. Lo siguió una gran presión que pudo haber terminado en el segundo si el juez, a instancias del VAR, lo anulaba el que anotaba Lomónaco a los 18'.

Desde entonces, el Rojo pareció controlar la pelota pero perdió intensidad y ya no llegó con tanto peligro. Claro que el Lobo se mostraba muy limitado y apenas cruzó la mitad de cancha, sin llegar nunca a inquietar a Rey. 

En el segundo tiempo el Rojo mantuvo el control del partido, pasando todas las pelotas por Cabral y siendo la rueda de auxilio en el medio Loyola. Lo poco que intentó el Lobo fue frustrado por Rey, con dos apariciones claves. La clase de un arquero se ve en estas, cuando casi no le llegan en todo el partido y responde en las que si. 


Los cambios ayudaron a refrescar el ataque. Entraron bien Giménez, que tuvo una clara, y Maestro Puch, y luego Angulo, que terminaría definiendo el partido con una aparición veloz sorprendiendo a la defensa rival. El 2 a 0 hacía más justo lo que había ocurrido en los 90 minutos y todo fue festejo en Avellaneda. 

Emiliano Penelas 













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