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Independiente volvió a perder, sacó un punto de 18 y hace seis fechas que no gana. Está mañana, sin público y siendo local en Platense, le hicieron un gol antes del minuto y cayó 1 a 0 ante Atlético Tucumán. La situación es alarmante y no se ve una salida. 


Cancha de Platense, en la zona norte del Gran Buenos Aires, lejos de Avellaneda y atravesando toda la Capital. Sin gente. Una mañana fría de invierno y niebla. Allí, por disposición del Aprevide, fue a hacer de local Independiente para recibir a Atlético Tucumán. 

No había pasado ni un minuto de juego y este Rojo que viene golpeado por todos lados ya perdía 1 a 0. Quedó mal parado en defensa de arranque, un jugador del Decano corrió 30 metros sin marca, Sosa que no salió nunca y Lotti festejaba el único grito en Vicente López. 

Todo pudo ser peor porque Echenique a los 26 minutos expulsó a Barreto por una falta que no parecía roja. El VAR llamó al juez y el central del Rojo terminó amonestado. Pero no tiene resto Independiente, ha acumulado cinco derrotas y un empate en los últimos seis partidos, y tampoco revierte un resultado desde hace quince meses. 

El Decano le dio la pelota y le jugó de contra, creando más peligro así que el propio Diablo, que no generó situaciones salvo algún remate aislado y una masita de Márquez a las manos del arquero, cuando Marcone lo dejaba de cara al gol. El equipo de Graf, que incluyó a Santiago Ayala como debutante y al uruguayo Edgar Elizalde en su primer partido en el fútbol argentino, deambuló la cancha y se acordó de atacar en los últimos tres minutos, cuando sumaba otros dos pibes en cancha. 

Esta vez no hubo gritos, ni insultos ni clima raro fuera del campo de juego. Lo que se vio adentro fue más de lo mismo. Y lo peor es que no parece haber un fondo que frene tanta caída. 

Emiliano Penelas 

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