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En un partido intenso, Independiente derrotó a Estudiantes 2 a 1 con goles de Benegas y Leandro Fernández, conseguidos en una ráfaga al comienzo del segundo tiempo. El Rojo tuvo momentos de buen fútbol y justificó el triunfo desde el esfuerzo.

Independiente salió con otra actitud respecto a lo que se vio ante Argentinos. Había conexiones, intención de jugar por abajo y liberar a quienes podían crear, pero se fue diluyendo con el correr de los minutos hasta desaparecer por completo de la cancha y terminar cediéndole pelota y protagonismo a Estudiantes. De a poco pareció que no tenía explicación la posición de Cazares y que el empuje y las corridas aisladas de Fernández no aportaban nada si Benegas o quien entre por el medio no llegaba a conectar.

Poblete salvaba la ropa jugando entre los centrales, pero el Rojo ponía once jugadores dentro de su área en cada pelota parada del rival y así jugaba cada vez más lejos de Andújar, que se convertía en espectador de lujo. En una ráfaga, el Pincha estuvo cerca de marcar, pero Sosa tapó una y la impericia de sus delanteros hicieron el resto.

En el segundo tiempo cambió la historia en dos minutos para Independiente, que logró llegar con peligro luego de que Fernández llevara la pelota para Vigo, que tiró un centro preciso a la cabeza de Benegas y el centrodelantero probó otra vez que cuando le llega limpia en el área chica es letal. Gol a voz en cuello para no dar respiro y generar una muy buena jugada colectiva que terminó en un penal al mendocino, cuando iba a tocar en el corazón del área. Leandro Fernández la pidió y anotó para el 2 a 0 y salir a colgarse del alambrado. Premio al esfuerzo para el 9.

Desde ahí el equipo de Domínguez jugó como si el partido estuviera ya liquidado. Desperdició un par de chances, tuvo un mano a mano bien tapado por Andújar a Benegas y Leandro siguió exigiendo. Sin embargo, como no vale no sufrir, el VAR convalidó un gol del Pincha que terminó yendo a buscar el empate para sumarle tensión al final del encuentro. La victoria se festejó por trabajada y necesaria. 

Emiliano Penelas

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