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El viejo dicho "esto con VAR se / no se cobraba" no va más. Ahora se juega con el sistema de video y los hinchas de Independiente pudimos comprobarlo el sábado, ante Tigre.

Para jugar hay fútbol, además de habilidad con los piernas o los pies, hay que usar esa parte de la cabeza que se encuentra detrás de la frente con la que se llenan de chichones al cabecear, el cerebro. Ser inteligente es quizás la virtud máxima que puede tener un futbolista para leer los tiempos del partido, pensar un pase, y sobre todo saber cuándo se puede y cuándo no tirar una gambeta, un lujo o un zapatazo furibundo a la tribuna.

Ya no va más aquella frase "esto con VAR no se cobraba", o la que indicaba lo contrario: "esto con VAR se cobraba". El VAR, nos guste o no, es una realidad que ha llegado a la liga local, y los hinchas de Independiente pudimos experimentarlo en el debut del sistema de video asistencia arbitral en el Libertadores de América Ricardo Enrique Bochini.

Un centro sin destinatario, una pelota que iba destinada a perderse por la línea de fondo o quizás el lateral, terminó en la jugada que sentenció el empate de Tigre en la noche del sábado. Sergio Barreto fue a pelear con el delantero rival, sin demasiadas chances de conectar, y extendió imprudentemente su brazo. Tanto que la pelota dio en él y muchos en la tribuna ya advirtieron lo que vendría.

Porque el monolito azul estaba ahí abajo, como un testigo mudo del partido, que no había sido usado en el gol que terminó siendo anulado a Batallini, por offside de Benegas. Pero en la última, a los 48 minutos del segundo tiempo, Mastrángelo fue y pidió ver la jugada nuevamente. La mano de Barreto era evidente, y el empate de la visita fue el resultado final de ese 1 a 1 final. 

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