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Independiente volvió a jugar pésimo en Rosario, aguantó el 0 a 0 sin demostrar nada y ni siquiera supo sacar ventaja del un rival que jugó con 10 hombres durante más de 20 minutos. En tiempo de descuento, un golazo de Newell's sentenció el partido.


Esta noche de Halloween Independiente volvió a horrorizar a todos. Con su juego, con su fútbol, con las ideas, si es que en algún momento hubo alguna. La derrota sobre la hora fue un bombazo, como el gol que la decretó, pero nadie puede decir que no era previsible, aún con un jugador más.

En el primer tiempo el Rojo tuvo la pelota, el dominio en campo de juego rival y varias chances claras, pero poca pericia en la definición. Lo tuvo Silvio Romero frente al arco, un remate de media distancia de Roa, y otra que Silvio recibió en profundidad del colombiano, pero el goleador esta vez eligió abrir para Velasco, que remató débil y fue cortado.

Sin más ambición ante los chicos de Newell's, el segundo tiempo comenzó en cámara lenta. Nada del equipo de Falcioni, desaparecidos Soñora y Roa, los más "visibles" en la primera parte, dejaron su lugar en la cancha a Pozzo y Martínez, los que cambiaron la cara del equipo ante Unión. Así y todo, Soñora seguía siendo el único que podía jugar con cierta claridad.

La Lepra se quedaría con uno menos cuando Espinoza expulsó a Campagnaro. Pero los más de 20 minutos que tuvo ventaja numérica tampoco hicieron la diferencia a favor de Independiente, que siguió mostrando una imagen muy pobre en Rosario. Sobre la hora, una falta tonta de Insaurralde le dio un tiro libre al local que terminó tras el rebote en un remate de media vuelta espectacular de Bravo que se colgó del ángulo y sentenció el partido.

Emiliano Penelas

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