0
Independiente lo ganaba cómodo y estaba para golear a Talleres gracias a los gritos de Cecilio y Sánchez Miño. De pronto, se durmió y lo empató Talleres, pero sobre la hora Figal puso el 3 a 2 final.



Tremenda noche en Avellaneda, con los hinchas de Independiente sufriendo demasiado y desahogándose en un grito final que puso fin a un partido que debió resolverse de otra manera por lo hecho durante casi 75 minutos.

El Rojo cambió completamente la actitud que había mostrado en Quilmes ante Defensa y Justicia, salió a apretar a Talleres, a no dejarlo salir limpio ni manejar la pelota. El equipo mostraba apertura por las bandas y fútbol en los pies de los dos insultados por Beccacece: Cecilio Domínguez, que abrió el marcador, y Pablo Pérez, figura de la noche. Sobre el final del primer tiempo Sánchez Miño aprovechaba un desconcierto en la defensa visitante y ponía el 2 a 0 para ir al vestuario tranquilos.
En la segunda parte la actitud seguía igual, y así anota el tercero por intermedio de Domingo Blanco, que rompió el travesaño después de una gran jugada de Silva, y Palacios, que había entrado por Silvio Romero, definió mal un gran pase de PP8. No obstante, de a poco comenzó la merma de juego y la salida de Pablo Pérez fue determinante para que el equipo comience a replegarse. A Cecilio tampoco le quedaba nafta y Lucas Romero también pidió el cambio tras una molestia.

Talleres empujaba y casi sin proponérselo llegaba a empatarlo con un Campaña flojo en los dos goles. Y cuando parecía que la cancha se venía abajo, empezaban los silbidos e insultos, llegó desde arriba el gol de Figal parra gritarlo con todo y sacarse de encima la bronca por un partido que estaba para definirlo con más tranquilidad.

Emiliano Penelas

Publicar un comentario