El boca a boca aseguraba que, después de aquel consagratorio 1-0 de Independiente a Gremio en Porto Alegre en la final de ida de la Libertadores 1984, un diario le puso 10 a todo el plantel del Rojo. Olé, que habló incluso con el periodista que colocó los puntajes, comprobó que no fue así, aunque los piropos de los locales fueron la mejor nota...
“Así es difícil jugar. Lo tuve todo el partido encima mío. No me dejó agarrar una pelota…”. Renato Portaluppi, actual entrenador del Gremio, se quejaba. Porque quejarse era su sello. Como su picardía y su habilidad. Carlos Enrique, el Loco, lo tuvo de hijo durante toda la noche y le quitó a los brasileños buena parte de sus chances en ataque. Mientras tanto, entre Marangoni, Bochini y Burruchaga, en ofensiva, Independiente construía su victoria 1-0 en el estadio Olímpico de Porto Alegre y así comenzaba a escribir la primera –y casi definitiva- página de su última Copa Libertadores triunfal. Por eso, esta visita del Rojo a Río Grande do Sul, no es una visita más. Porque allí, en 1984, consiguió ante el Tricolor su último gran triunfo continental (1-0 con asistencia de Bochini y gol de Burruchaga), empezando a asegurar la Libertadores, la séptima, más amada incluso que las dos vueltas olímpicas posteriores en el Maracaná…
Burruchaga aprovecha la asistencia de Bochini para poner el 1-0 ante Gremio en Porto Alegre.
La revancha en la Doble Visera –tres días más tarde- acabó 0-0, resultado que le vino a Independiente como anillo al dedo, ya que el empate le evitó una derrota que lo hubiese enviado a un tercer partido, desempate, en el Centenario de Montevideo. Pero no hizo falta. Aquel juego en Brasil fue, tal como se lo definió, “el partido perfecto”. Aunque la tradición oral, en tiempos donde la magia de la radio y una transmisión de TV (casi a cámara única) lo eran todo, le puso un IVA al asunto. Y olvidó otros detalles… El boca a boca aseguró –hasta el día de hoy- que lo del equipo del Pato Pastoriza había sido tan bueno que, incluso el diario portoalegrense Zero Hora, nacido en 1964 y el más importante del Sur brasileño, calificó con un 10 a cada uno de los Diablos Rojos. Sin embargo, Olé tuvo acceso a los archivos de aquel jornal y tal aseveración simbólica se trató de una exageración. Aunque hasta ahí nomás… “No fueron todos 10. Hubo varios 9. Igualmente, conociendo la tradición brasileña a la hora de colocar puntajes, podría hablarse de algo histórico…”, le contó a este diario Marcos Bertoncello, cronista estrella de Radio Gaúcha, estadígrafo, y especialista en periodismo deportivo egresado en la Universidad Federal de Río Grande do Sul. De hecho, Zero Hora le colocó a los de Avellaneda mejores calificaciones que los enviados especiales de El Gráfico… “Gremio no pudo con Independiente. El equipo argentino fue muy superior y mereció la victoria”, fue el título de Zero Hora, de Porto Alegre.
La cobertura de Zero Hora de Porto Alegre de la final de ida de la Libertadores 84 entre Gremio e Independiente.
La síntesis del partido de ida entre Gremio e Independiente según El Gráfico (Libertadores 1984)
"Pasó mucho tiempo ya, casi 34 años. Pero recuerdo todavía la clase que dio Independiente y que se retiró de la cancha con el aplauso de toda la gente", le dijo Flávio Dutra, quien puso los puntajes para Zero Hora, a Olé.
Para ZH hubo tres 10. “Villaverde: imbatible por su sector, a pesar de no tener una estatura apropiada para ser zaguero; Marangoni: perfecto, admirable, un crack; Bochini: manejó el juego por su zona y desarticuló todo el sistema de marcación de Gremio. También es crack…”, halagaban los brasileños. Sin embargo, lo mejor estuvo dentro del campo: las mejores notas, lo que halagó más al Mundo Rojo, fue la opinión de sus rivales más que observaciones periodísticas. Renato, por caso, ya había dicho lo suyo en tono molesto. Pero hubo más. “Los experiencia de los argentinos nos dio un toque en el medio… Gremio no supo salir de su marcación fuerte, ellos tenían la solución táctica para todo, siempre les sobraba gente y parecían que eran más en la cancha”, piropeó el uruguayo Hugo De León. Su compañero China, gran volante, no se quedó atrás: “Fueron una cosa terrible. No nos dejaron de jugar. Hacían pases, movieron la pelota todo el tiempo, y nos hicieron un gol por oportunos. Nos sorprendieron…”, asumió. Por su parte, Carlos Benevenuto Froner, su entrenador (ex selección brasileña en 1966), fallecido en 2002, no tuvo dudas: “Gremio no mostró su juego e Independiente hizo mucho. Su victoria fue justa…”. Cuando los dos planteles viajaron juntos a Baires en el mismo vuelo, todos ya imaginaban que la historia estaba juzgada. Que, tal vez, no jueguen todos para 10. Pero que, colectivamente, sean un 11 inolvidable. Hasta hoy.
YO DIGO
Por FLÁVIO DUTRA (cubrió el partido para Zero Hora y fue el encargado de poner la calificación de los jugadores)
“En 1984, noche porteña en Porto Alegre”
“Una clase de fútbol…”. Así el diario Zero Hora de Porto Alegre definió la actuación de Independiente frente a Gremio en el primer juego de la decisión de la Copa Libertadores 1984. En verdad, la gran superioridad ocurrió en el segundo tiempo, cuando el equipo argentino se impuso física y técnicamente sobre su rival, después de haber marcado Burruchaga el 1 a 0 victorioso, todavía en la primera mitad. Independiente, incluso, podría haber ampliado el marcador por las chances creadas, jugando como al ritmo de un tango bien marcado, contra un Gremio que bailó samba… Elegido para la cobertura de aquel partido en la noche fría de julio, intenté hacer una criteriosa evaluación del desempeño de cada jugador. No fui generoso con los argentinos, que recibieron las notas más altas, porque no lo necesitaban: fueron realmente superiores. Tanto fue así que, sobre el final del partido, los 70.000 hinchas presentes en el estadio Olímpico Monumental (la casa de Gremio por aquella época), aplaudieron a Independiente a pesar de que el club de Avellaneda usó camisetas rojas, el color que recuerda a Internacional, el mayor rival de los Tricolores gaúchos… El sueño del bicampeonato de la Libertadores acababa así: en una auténtica noche porteña en Porto Alegre.
Martín Macchiavello
Diario Olé, miércoles 21 de febrero de 2018
“Así es difícil jugar. Lo tuve todo el partido encima mío. No me dejó agarrar una pelota…”. Renato Portaluppi, actual entrenador del Gremio, se quejaba. Porque quejarse era su sello. Como su picardía y su habilidad. Carlos Enrique, el Loco, lo tuvo de hijo durante toda la noche y le quitó a los brasileños buena parte de sus chances en ataque. Mientras tanto, entre Marangoni, Bochini y Burruchaga, en ofensiva, Independiente construía su victoria 1-0 en el estadio Olímpico de Porto Alegre y así comenzaba a escribir la primera –y casi definitiva- página de su última Copa Libertadores triunfal. Por eso, esta visita del Rojo a Río Grande do Sul, no es una visita más. Porque allí, en 1984, consiguió ante el Tricolor su último gran triunfo continental (1-0 con asistencia de Bochini y gol de Burruchaga), empezando a asegurar la Libertadores, la séptima, más amada incluso que las dos vueltas olímpicas posteriores en el Maracaná…
Burruchaga aprovecha la asistencia de Bochini para poner el 1-0 ante Gremio en Porto Alegre.
La revancha en la Doble Visera –tres días más tarde- acabó 0-0, resultado que le vino a Independiente como anillo al dedo, ya que el empate le evitó una derrota que lo hubiese enviado a un tercer partido, desempate, en el Centenario de Montevideo. Pero no hizo falta. Aquel juego en Brasil fue, tal como se lo definió, “el partido perfecto”. Aunque la tradición oral, en tiempos donde la magia de la radio y una transmisión de TV (casi a cámara única) lo eran todo, le puso un IVA al asunto. Y olvidó otros detalles… El boca a boca aseguró –hasta el día de hoy- que lo del equipo del Pato Pastoriza había sido tan bueno que, incluso el diario portoalegrense Zero Hora, nacido en 1964 y el más importante del Sur brasileño, calificó con un 10 a cada uno de los Diablos Rojos. Sin embargo, Olé tuvo acceso a los archivos de aquel jornal y tal aseveración simbólica se trató de una exageración. Aunque hasta ahí nomás… “No fueron todos 10. Hubo varios 9. Igualmente, conociendo la tradición brasileña a la hora de colocar puntajes, podría hablarse de algo histórico…”, le contó a este diario Marcos Bertoncello, cronista estrella de Radio Gaúcha, estadígrafo, y especialista en periodismo deportivo egresado en la Universidad Federal de Río Grande do Sul. De hecho, Zero Hora le colocó a los de Avellaneda mejores calificaciones que los enviados especiales de El Gráfico… “Gremio no pudo con Independiente. El equipo argentino fue muy superior y mereció la victoria”, fue el título de Zero Hora, de Porto Alegre.
La cobertura de Zero Hora de Porto Alegre de la final de ida de la Libertadores 84 entre Gremio e Independiente.
La síntesis del partido de ida entre Gremio e Independiente según El Gráfico (Libertadores 1984)
"Pasó mucho tiempo ya, casi 34 años. Pero recuerdo todavía la clase que dio Independiente y que se retiró de la cancha con el aplauso de toda la gente", le dijo Flávio Dutra, quien puso los puntajes para Zero Hora, a Olé.
Para ZH hubo tres 10. “Villaverde: imbatible por su sector, a pesar de no tener una estatura apropiada para ser zaguero; Marangoni: perfecto, admirable, un crack; Bochini: manejó el juego por su zona y desarticuló todo el sistema de marcación de Gremio. También es crack…”, halagaban los brasileños. Sin embargo, lo mejor estuvo dentro del campo: las mejores notas, lo que halagó más al Mundo Rojo, fue la opinión de sus rivales más que observaciones periodísticas. Renato, por caso, ya había dicho lo suyo en tono molesto. Pero hubo más. “Los experiencia de los argentinos nos dio un toque en el medio… Gremio no supo salir de su marcación fuerte, ellos tenían la solución táctica para todo, siempre les sobraba gente y parecían que eran más en la cancha”, piropeó el uruguayo Hugo De León. Su compañero China, gran volante, no se quedó atrás: “Fueron una cosa terrible. No nos dejaron de jugar. Hacían pases, movieron la pelota todo el tiempo, y nos hicieron un gol por oportunos. Nos sorprendieron…”, asumió. Por su parte, Carlos Benevenuto Froner, su entrenador (ex selección brasileña en 1966), fallecido en 2002, no tuvo dudas: “Gremio no mostró su juego e Independiente hizo mucho. Su victoria fue justa…”. Cuando los dos planteles viajaron juntos a Baires en el mismo vuelo, todos ya imaginaban que la historia estaba juzgada. Que, tal vez, no jueguen todos para 10. Pero que, colectivamente, sean un 11 inolvidable. Hasta hoy.
YO DIGO
Por FLÁVIO DUTRA (cubrió el partido para Zero Hora y fue el encargado de poner la calificación de los jugadores)
“En 1984, noche porteña en Porto Alegre”
“Una clase de fútbol…”. Así el diario Zero Hora de Porto Alegre definió la actuación de Independiente frente a Gremio en el primer juego de la decisión de la Copa Libertadores 1984. En verdad, la gran superioridad ocurrió en el segundo tiempo, cuando el equipo argentino se impuso física y técnicamente sobre su rival, después de haber marcado Burruchaga el 1 a 0 victorioso, todavía en la primera mitad. Independiente, incluso, podría haber ampliado el marcador por las chances creadas, jugando como al ritmo de un tango bien marcado, contra un Gremio que bailó samba… Elegido para la cobertura de aquel partido en la noche fría de julio, intenté hacer una criteriosa evaluación del desempeño de cada jugador. No fui generoso con los argentinos, que recibieron las notas más altas, porque no lo necesitaban: fueron realmente superiores. Tanto fue así que, sobre el final del partido, los 70.000 hinchas presentes en el estadio Olímpico Monumental (la casa de Gremio por aquella época), aplaudieron a Independiente a pesar de que el club de Avellaneda usó camisetas rojas, el color que recuerda a Internacional, el mayor rival de los Tricolores gaúchos… El sueño del bicampeonato de la Libertadores acababa así: en una auténtica noche porteña en Porto Alegre.
Martín Macchiavello
Diario Olé, miércoles 21 de febrero de 2018
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