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El arquero expresó su felicidad por el clásico ganado, y se lamentó de haber salido con un desgarro en el recto anterior.


"Disfruté mucho el partido. No me pasó nunca de lesionarme, aguanté lo que pude pero sabía que no podía más y por ahí le hacía un daño al equipo. Por eso entró Albil, que se merecía también su oportunidad", dijo Gonzalo Rehak tras la victoria en el clásico de Avellaneda.

El arquero, que sólo había jugado un partido en la Primera de Independiente, continuó: "Por suerte ganamos, la alegría que tengo es inexplicable. Me queda la bronca de no poder terminar el partido más lindo de mi vida, pero me voy contento por la entrega del equipo que aguantó todo con 10 hombres".


"Es algo que nunca soñé, siempre dije que quería jugar un partido más pero no imaginé que justo iba a ser el clásico, de visitante. Soy hincha, recibí muchos mensajes de apoyo y la verdad para mi es algo único", finalizó Rehak.

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