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Independiente derrotó a Sarmiento en Junín y sumó tres puntos que le sirven más en el ánimo que en el juego, donde quedó en deuda. Viruta Vera, de taco, el gol Rojo.


No le sobró nada a Independiente, que fue mezquino en el juego y las ideas, ante un rival limitado que jugó al roce y el desgaste. El golazo de Diego Vera, cuando terminaba el primer tiempo, salvó la ropa para el Rojo de Milito, que venía de un golpazo al quedar eliminado en Chapecó de la  Sudamericana.

Por eso este triunfo en Junín suma más desde lo anímico que desde lo futbolístico, ni vendrá a subsanar el dolor en los hinchas que vieron cómo cayó la ilusión copera entre semana.

Entre las individualidades por destacar, la valentía de Tagliafico para cambiar el ritmo y generar peligro, la entrega de Vera para bajar a buscar la pelota cuando no le llega, y la consolidación defensiva, que sumó un nuevo partido sin goles en contra.

Emiliano Penelas


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