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El clima venía espeso entre el sector de prensa (lleno de hinchas de racing) y el corralito destinado a los dirigentes visitantes. En el entretiempo, el ingreso de la barra local terminó de arruinarlo todo. Hubo gases, corridas y destrozos.
Foto: @vermudeportivo

Independiente era más que racing, el equipo dentro de la cancha respondía y el estadio enmudecía. De pronto, se empezó a escuchar la arenga de casi un centenar de dirigentes y allegados del Rojo ubicados en un corralito pegado al sector de prensa, que además estaba lleno de hinchas locales.

Los insultos de un lado al otro se hicieron cada vez más densos, hasta que gente de racing decidió pasar a la acción arrojando proyectiles. La policía armó un vallado del lado de la platea pero apenas terminó el primer tiempo unos 40 barras de racing ingresaron al sector impunemente arrojando de todo (volaron los monitores ubicados en la platea, pupitres, plateas, piedras, botellas, etc), se produjeron corridas, la policía reprimió con gas pimienta y el momento fue muy tenso.

Finalmente, el sector fue desalojado y los violentos se retiraron.

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