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Cuando lo reemplazaron a los 33 minutos del segundo tiempo, Tito Noir, de racing, se tomó el pecho mirando hacia la platea de Independiente. Luego se comería dos goles más.

En la semana había calentado la previa, en el partido quiso calentar a la gente. Lo único que logró Tito Noir es quedar como un pelotudo bárbaro que incita a la violencia y que debería ser sancionado de oficio.

Además, seguramente serán sus propios hinchas quienes le pedirán explicaciones ya no por ese gesto sino para preguntarle si realmente estuvo en la cancha durante los 78 minutos que duró su participación en el partido.

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