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Independiente perdió por 2 a 0 ante Lanús y quedó afuera de la Copa Argentina en octavos de final, fase que nunca pudo superar en la competencia. El Rojo fue esta vez un equipo tibio y perdió el invicto de Pellegrino en el séptimo partido.


Muy lejos de su mejor rendimiento y con un planteo por momentos mezquino, el Independiente de Pellegrino conoció su primera derrota justo en un partido eliminatorio por la Copa Argentina, y se despide de la competición en octavos de final, escalón que no ha sido superado nunca por los Rojos en este torneo.

Tener la pelota esta vez no le dio resultado al Diablo, que no supo llevar peligro sobre el arco rival. Y a los 30 minutos Román Martínez abrió el marcador para el Granate.

Foto: Ricardo Rodríguez

En el segundo tiempo fueron los de Guillermo Barros Schelotto quienes salieron a apretar y definieron el trámite a los 7', por medio de Castellani, tras una buena combinación colectiva.

Difícil entender luego los cambios, con la sumatoria de volantes, mantener la línea de cuatro y el doble cinco pese a ir perdiendo. Y el final del partido, la derrota y a pensar en la Sudamericana.

Emiliano Penelas

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Anónimo dijo... 19 de agosto de 2015, 10:32 p.m.

Amanda dice:
No sé porqué me ha quedado la horrible sensación, el espeluznante recuerdo, la triste certeza, la angustia latente que el espíritu de Almirón se quedó en el Rojo. No podemos exorcizarnos porque somos Diablos. Tampoco es consuelo que el mejor truco del Diablo es hacernos creer que no existe.
Hoy estuvieron patéticos. ¿Qué es eso de probar estrategias cuando se juega el partido? Siempre voy a lamentar que mi padre ya no esté, pero de alguna manera me consuela que no vea a Independiente en este estado. Parece que el amor a la camiseta es directamente proporcional al sueldo de jugador profesional.
¿Qué es eso de no poder pasar la mitad de la cancha? ¿Qué es eso de ser derrotados por uno de los históricamente más mediocres equipos de América?
Sigue el campeonato de Primera y viene la Sudamericana. Con la suerte que les tira el diablo, porque el diablo quiere al Diablo, tal vez entremos en el repechaje por un lugarcito para alguna copa.
Por las dudas, viva Mefistófeles, carajo.