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Almirón mandó mojar la cancha antes del partido para aprovechar la velocidad de los rapiditos Rojos. La jugada no salió bien: un charco complicó a Aguilera y de esa jugada vino el empate de Belgrano.

Es sabido que a Jorge Almirón le gusta un estilo de juego por abajo, a un toque y en velocidad. Es por eso que en los partidos de local le gusta que previo al encuentro rieguen el campo de juego del Libertadores de América, para tener una cancha ligera sobre todo para los de arriba.

La cuestión es que frente a Belgrano quedó un charco notorio sobre el lateral derecho de la defensa Roja. Por eso cada vez que la pelota transitaba ese sector levantaba una estela de agua como una lanchita, y de allí mismo vendría una confusa jugada que derivó en el gol de Belgrano.

Se escapa el delantero Pirata, Aguilera le sale al cruce y resbala en el charco. El visitante choca con el Ruso Rodríguez, reclaman penal, el arquero queda en el piso, el partido se demora y se le va de las manos al juez. Del corner llegó el empate cordobés. En el entretiempo no volvió a regarse el campo de juego.

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