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Independiente empató con Unión de local. Lo ganaba con gol de juvenil Adrián Fernández pero faltando diez minutos una pésima defensa y peor salida del Ruso Rodríguez selló la igualdad del Tatengue para que estalle la bronca en el Libertadores de América.


No hay caso, Independiente. No se puede creer. El descenso es una palabra con la que cada vez nos acostumbramos más y cuando hoy era el día para salir a defender la historia en una de las últimas chances, tampoco fue.

Un primer tiempo que ilusionó, en el que Montenegro y el pibe Miranda crearon algo de fútbol y otro juvenil de la cantera con apenas unos minutos en Primera como Adrián Fernández mostraba lo mejor que tenía y al menos la mandaba adentro para poner el 1 a 0. Sin embargo, en la segunda mitad llamó la atención (o no) la poca confianza del Rojo para mantener el resultado y la actitud.

El equipo se fue cada vez más atrás, dejó de atacar y le dejó espacios a Unión, el peor equipo del campeonato, y se quedó timorato como si el único gol fuera seguridad de algo. Y de pronto un centro cruzado al área, nadie defendiendo la entrada de Aleman y una pésima salida en falso de Diego Rodríguez hicieron que la cabeza del delantero Tatengue clavara el empate como una daga en el corazón de todos los hinchas que estallaron de bronca y dolor.

Emiliano Penelas

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