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Independiente jugó muy mal el primer tiempo, mejoró algo en el segundo pero cayó merecidamente ante Arsenal. El arbitraje fue pésimo, y la barra tiró piedras desde afuera del estadio, por lo que el partido estuvo demorado varios minutos. El Coprosede falló en el operativo.
Independiente se jugaba una parada difícil en una cancha en que siempre le fue adversa a sus intenciones y a la que siempre parece llegar en medio de un conflicto. Esta vez fueron los ataque de la barra y la actitud de Javier Cantero de enfrentarlos con toda determinación. El Coprosede, con su derecho de admisión, y el pedido de DNI para los hinchas.

Sin embargo todo empezó torcido. Apenas se jugaban 8 minutos cuando Guillermo Burdisso abría la cuenta para el local. Y sólo a los 26' Gabriel Milito, que venía haciendo una tarea flojísima, le puso la cabeza a un centro de Leguizamón para meterla adentro de su propio arco. Ese primer tiempo fatídico cerró con otro cabezazo de Zelaya para estirar el 3 a 0 del local.

En el comienzo del segundo tiempo se produjeron incidentes con la barra del Rojo, que no pudo ingresar y desde afuera arrojaron proyectiles hacia la hinchada local. El partido estuvo suspendido varios minutos, y quedaron en evidencia las fallas del operativo policial planteado por el Coprosede.

Cuando se reanudó el juego el Rojo fue a todo o nada. Facundo Parra, a puro empuje, achicó diferencias pero Independiente perdía a un soldado vital como Julián Velázquez, expulsado por Juan Pablo Pompei, el árbitro que en el primer tiempo no vio un clarísimo agarrón de Lisandro López a Farías en el área, y otro penalazo al Tecla en el segundo.

Sobre el final del partido, los jugadores de Independiente y el técnico le reprocharon la labor al juez, y fueron informados Cristian Díaz, su ayudante de campo Claudio Texeira y Parra. No obstante, Arsenal ganó con claridad.

Emiliano Penelas

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