El "semestre de los sueños" termino en pesadilla con la tercera Copa que el Rojo pierde, esta vez en primera ronda. La victoria tibia ante Liga de Quito no alcanzo a dar vuelta la serie.
Sin jugarse la vida, sin mostrar empuje ni sangre copera ni siquiera con el amor propio de quien se sabe perdido pero busca la hazaña. Así se fue Independiente de la Copa Sudamericana, en la que defendía el título conseguido en 2010.
El 0-2 en Ecuador, que había sido beneficioso respecto de como se dio el desarrollo del partido, sentenció la suerte de un equipo que en Avellaneda ganó sin la diferencia necesaria.
La Liga, con el visto bueno del juez, hizo su negocio: salió a esperar y a hacer tiempo. Pero incluso en la segunda parte, cuando se dio cuenta de que podía lastimar de contra, pudo haber complicado las cosas con un gol que no llegó por falta de precisión en los últimos metros, y porque Julián Velázquez y Cristian Pellerano estuvieron acertados en la marca.
No se entendieron los cambios de Ramón, sacando de la cancha a Argachá y a Núñez, dos que andaban bien, y poniendo a Gino Clara y el Malevo Ferreyra, que entraron como si jugaran un partido de verano.
De las muchas formas que habia para perder, Independiente eligió la mas insipida. Y asi, como sucedió en la Suruga y la Recopa, se quedo afuera sin presentar la batalla esperada. Señal de los tiempos.
Emiliano Penelas
Sin jugarse la vida, sin mostrar empuje ni sangre copera ni siquiera con el amor propio de quien se sabe perdido pero busca la hazaña. Así se fue Independiente de la Copa Sudamericana, en la que defendía el título conseguido en 2010.El 0-2 en Ecuador, que había sido beneficioso respecto de como se dio el desarrollo del partido, sentenció la suerte de un equipo que en Avellaneda ganó sin la diferencia necesaria.
La Liga, con el visto bueno del juez, hizo su negocio: salió a esperar y a hacer tiempo. Pero incluso en la segunda parte, cuando se dio cuenta de que podía lastimar de contra, pudo haber complicado las cosas con un gol que no llegó por falta de precisión en los últimos metros, y porque Julián Velázquez y Cristian Pellerano estuvieron acertados en la marca.
No se entendieron los cambios de Ramón, sacando de la cancha a Argachá y a Núñez, dos que andaban bien, y poniendo a Gino Clara y el Malevo Ferreyra, que entraron como si jugaran un partido de verano.
De las muchas formas que habia para perder, Independiente eligió la mas insipida. Y asi, como sucedió en la Suruga y la Recopa, se quedo afuera sin presentar la batalla esperada. Señal de los tiempos.
Emiliano Penelas
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