Es difícil ponerse a analizar un partido que tuvimos la suerte de vivir detrás del arco donde atacaba Independiente, con los nervios de lograr la tan ansiada clasificación a la zona de grupos de la Copa Libertadores y lejos de donde se desarrollaban la mayoría de las acciones.
No es que el Rojo haya salido a replegarse sino que el planteo de Mohamed fue inteligente, y también lo fue la actitud que tomó el local, obligado en ir al ataque. Independiente se paró a esperar lejos de su arco, y durante el primer tiempo hizo un buen juego, especialmente después de pasado el cuarto de hora. La altura parecía no ser un cuco y la velocidad de Defederico, la fortaleza de Tuzzio en el fondo y la garra de Godoy y Battión en el medio hicieron que Quito también debiera preocuparse por los jugadores de Rojo.

En la segunda parte comenzó a sentirse el desgaste físico no sólo de la altura sino en casos puntuales como el de Fernando Godoy, que venía con fiebre, y Eduardo Tuzzio, golpeado, que terminó prácticamente en una pierna. Deportivo Quito aprovechó para empujar más al Rojo junto al arco del gigantesco Hilario Navarro, figura indiscutible de la noche quiteña.
Hasta que el recién ingresado Michael Jackson Quiñonez puso el 1-0 y ahí los de Avellaneda debieron aguantar el vendaval que proponía la academia ecuatoriana. Saliendo de contra, pudo haber metido el gol que tanto ansiaba en la previa, a través de una jugada personal del Patito Rodríguez, pero finalmente el temporal no llegó y el Rojo pasa a la zona de grupos de la Copa Libertadores. Volvió el Rey.
Emiliano Penelas
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Que grande LA CALDERA DEL DIABLO, desde Ecuador acompañando al ROJO en la vuelta a la Libertadores.
Una abrazo grande desde Girona
Gracias, abrazoooooo de casi gol del Patito Rodríguez
E
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