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Reproducimos el reportaje realizado al técnico de Independiente para la Revista de la Conmebol, edición 123.

Independiente estaba en crisis, no respondía en el torneo local y no mostraba capacidad de reacción como para remontar la derrota ante Defensor por la Copa Nissan Sudamericana. Antonio Mohamed, atrevido delantero del club en 1992-93, fue el entrenador elegido para salir adelante. El 10 de octubre, en su debut, lo esperaba el clásico ante racing y el triunfo le devolvió la ilusión a la gente, pero nadie se atrevía a imaginar que el 8 de diciembre los Rojos de Avellaneda iban a celebrar otro título internacional. Con 40 años de gran intensidad futbolera, el Turco, responsable fundamental de este éxito, explica con aplomo sus razones.

- En su paso como jugador, después de las 7 Libertadores y antes de las Supercopas del '94 y el '95, ¿cómo percibía el valor de estos títulos?
- Acá siempre estuvo la exigencia del Rey de Copas. Había que jugar internacionalmente, había que salir campeón para eso, siempre te lo hacían sentir. La gente se pone más contenta si el equipo gana algo internacional que un torneo local. Los muchachos de inferiores lo van palpando desde muy chicos.

- ¿Y 17 años después volvió con esa idea?
- Me quedó totalmente grabado que lo que hay que ganar es la Copa. Siempre lo tuve presente, siempre. El que pasó por acá lo sabe.

- ¿En México fue naciendo el entrenador?
- A partir de los 30 años ya me veía como técnico. A los 33 estaba jugando en Zacatepec y mis compañeros me eligieron para que fuera técnico-jugador la mitad del campeonato. Los directivos lo aprobaron y jugué 12 partidos dirigiéndome yo mismo. Me retiré y el presidente me dio el equipo. Ahí empecé y hasta el día de hoy no paré. Estoy muy contento con mi carrera, siempre fue ascendente.

- ¿Qué técnicos lo marcaron?
- El Coco Basile fue uno, y Enrique Meza, en México. Ellos dos fueron un ejemplo.

- Estaba saliendo de vacaciones cuando le ofrecieron dirigir a Independiente. ¿Qué cosas lo motivaron?
- Mi hijo estaba en Disneyworld, me estaba esperando con los primos. Se enojó mucho, pero el otro día me dijo que me perdonaba porque salimos campeones y dio la vuelta olímpica conmigo. Eso me dejó muy feliz y muy tranquilo. Era la oportunidad de jugar la Copa, estar en un Club grande, mostrarme a mí mismo y al cuerpo técnico que podíamos dar este paso importante. Yo me guío mucho por la intuición y algo me decía que este era el momento y el lugar.

- ¿Cómo logró ese cambio de actitud en el equipo?
- En volver a las raíces, pequeños detalles de pensar cómo les costó llegar acá, cómo jugaban cuando eran jóvenes, invitarlos a meditar sobre un montón de situaciones. Ellos se fueron sacando toda la bronca que tenían, la fueron canalizando en energía positiva y empezó a crecer el ser humano, después el futbolista. Se empezaron a potenciar y ellos mismos potenciaron al equipo. Fuimos haciendo un trabajo, a veces las cosas responden, a veces no. Por suerte salieron bien. Y creo que lo mejor está por venir, esto tiene que crecer mucho más todavía.

- ¿Hablaron mucho antes de jugar con racing?
- Sí, vimos quiénes estaban mejor de la cabeza y los pusimos a jugar. Ese partido levantó mucho la autoestima de todos, nos dio mucha seguridad para trabajar y desde ahí el equipo empezó a crecer. Fue todo muy rápido y a medida que iban pasando los días íbamos trabajando en lo táctico. Estoy contento, orgulloso de los jugadores. Como técnico quiero seguir creciendo, ojalá podamos ganar más títulos y el día de mañana el sueño mío es dirigir a la Selección. Me preparo todos los días para eso.

- ¿Fue el partido clave?
- El punto de inflexión fue con Defensor Sporting. Dimos vuelta un partido imposible. El equipo nunca había hecho más de un gol y ese día metió cuatro. Me demostraron y me convencí de que este grupo podía.

- Esa noche comentó que solamente con la mística copera de Independiente se podía dar vuelta ese partido. ¿Eso cómo se transmite?
- Es algo mágico. Yo me animé a decirles que de local no sé cómo vamos a hacer los goles, pero los vamos a hacer. Y pasó en la final: de rebote, uno en el piso. Creo en eso, soy muy seguro mentalmente de lo que hago y trato de transmitírselos. Por suerte lo han recibido muy bien y lo han llevado a la cancha de la mejor manera.

- Después de las derrotas en Ecuador y Brasil declaró que iban a remontar las series. ¿A quién dirigía los mensajes?
- Liga nos dejó vivos, nos tenía muertos dentro del cajón y nos dejó respirar. Y Goiás nos tenía enterrados porque tuvo un hombre más y no nos atacó. Sentí que nos dejaron vivos y los jugadores me decían lo mismo. Entonces saqué el pecho por el grupo que represento y mandé el mensaje para la gente. Lo hacía porque lo sentía, no por demagogia. Era un mensaje claro, para que los rivales también supieran que estábamos vivos. Y lo demostramos porque de locales éramos muy fuertes.

- ¿Perdiendo 3 a 0 en Quito pensaba que se terminaba todo?
- Era muy injusto, hicimos dos goles que llevaron más a la realidad lo que fue el juego, pero es una muestra más de que este equipo nunca se rinde. Ante la adversidad, siempre hay uno que levanta la mano a favor del grupo y este equipo sale adelante siempre.

- ¿Cómo influyó la gente de Independiente que explotó por todo el país?
- Es algo impresionante, no creí que íbamos a hacer feliz a tanta gente. Los convencimos, creyeron y apoyaron, se subieron al tren de la ilusión. Llegamos a la última estación que fue la Copa Nissan Sudamericana. La gente fue el jugador número 12 y estamos muy orgullosos de cómo nos apoyó.

- ¿Qué explicación tiene que el equipo se haya quedado sin piernas en la final?
- Creo que no eran las piernas, lo que no daba era el cerebro, porque a los 20 minutos del segundo tiempo se les cruzó por la cabeza que un gol de Goiás nos dejaba afuera de todo. El equipo sintió eso, se paralizó, dejó de correr, de ser el del primer tiempo y después no pudo volver. Por suerte tenemos grandes defensores, un buen arquero y pudimos llegar a los penales. Ahí es donde te das cuenta que tenés muchos jóvenes y te falta gente con experiencia.

- ¿Es cierto que no vio los penales?
- No los vi, los miré después por televisión, estaba muy nervioso. Les pregunté en el festejo a dónde los habían pateado, me daba vergüenza decir que no los había visto. Los pateamos perfecto, con una autoridad impresionante, con una personalidad notable, muy bien dirigidos. Fue emocionante, esperemos que ahora los hinchas nos adopten como gente de la casa y podamos trabajar mucho más tranquilos, con un futuro mucho mejor.

- Jugó la mayoría de las veces con tres defensores. ¿Cómo consiguió aplicarlo en tan poco tiempo?
- Los sistemas son relativos, lo más importante son los jugadores, que tengan buena técnica, personalidad y que estén preparados para afrontar diferentes sistemas, para diferentes momentos. La final la empezamos jugando con cuatro defensores. Lo trabajamos y ahora tendremos mucho más tiempo en la pretemporada.

- Le pregunto por algunas de las figuras, como Hilario Navarro.
- Fundamental. Un arquerazo con nivel de selección.

- ¿Tuzzio?
- Hizo una Copa notable, fue de menor a mayor.

- ¿Silvera?
-Empañó su gran Copa con la expulsión. Lo extrañamos bastante en la última parte de la final, pero es un ídolo del Club y un goleador notable.

- ¿Parra?
- Va en crecimiento, estos goles le van a dar mucha confianza. Es un luchador constante y lo pongo en el podio de los grandes jugadores de la Copa junto a Fredes y a Julián Velázquez.

- Después de este logro, ¿qué le diría a tantos equipos que van a jugar torneos con pocas esperanzas?
- Hay que creer en uno mismo, estar convencido, seguro de que en la vida todo se puede. Hay que tenerse fe y manejar muy bien los grupos humanos. Y saber que los más importantes son los jugadores, los demás acompañamos.

Edgardo Bronner
Revista Conmebol 123

ANTONIO RICARDO MOHAMED
Nacimiento
: 2 de abril de 1970, en Buenos Aires, Argentina.

Trayectoria como jugador: Huracán (1988-91), Boca Juniors (1991-92), Independiente (1992-93), Toros Neza (México 1993-98), CF Monterrey (1998-2000), Deportivo Marte (2000), Deportivo Irapuato (2001), Atlante (2001-02), Atlético Celaya (2002), Zacatepec (2003). Jugó en la Selección Argentina (1991) 4 partidos y 1 gol.

Trayectoria como técnico: Zacatepec (2003), Monarcas Morelia (2004), Querétaro FC (2005), Huracán (2005-06 y 2006-07), Jaguares de Chiapas (2006), Veracruz (2007), Colón de Santa Fe (2008-2010), Independiente (2010).

Títulos: campeón con Independiente (Copa Nissan Sudamericana 2010), campeón con Huracán (Nacional B, Argentina, 2006/2007).

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