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Aunque no haya sido cuestionado de manera directa por el público de Independiente, las presiones recaen inevitablemente sobre Daniel Garnero, el eslabón más débil de una cadena de desaciertos.

El técnico de Independiente, el más inexperto en este punto, es quien debe sobrellevar la carga de una situación crítica a nivel deportivo, pero también institucional.

Mientras en nuestra última Editorial hablábamos del clima de "crispasión" que se vivía en el Club, con las declaraciones cruzadas de Menotti, Comparada y Gallego, aventurábamos que todo eso podía calmarse con una victoria ante Argentinos por la Sudamericana. El 1 a 0 y la sensación de haber jugado un poco mejor dieron aire al técnico, pero sólo duró dos días. El domingo el Rojo volvía a perder sin atenuantes frente a Arsenal y esta vez el Libertadores de América estalló.

La bronca fue contra la dirigencia, y el clamor popular pidió la vuelta del Tolo. Garnero, en la conferencia de prensa posterior le quitaba dramatismo a la situación, aunque luego admitió que su plazo estaba en el partido de vuelta con el Bicho, el jueves próximo.

En el medio, el vice Hugo Barrueco tiró la pólvora dando a entender que no hace falta echar a un técnico si se diera cuenta de que las cosas no andan. Y Trossero respaldó al DT quejándose de que en Independiente no se han cuidado a los históricos del Club.

Ahora, si bien Garnero demuestra que es un técnico que recién se está iniciando en la carrera, como ídolo de Independiente debería tener otro crédito. Y como atenuante, el hincha tiene que reconocer lo elemental que resulta un plantel que -como señalamos varias veces- está desparejo en su conformación, no tiene delanteros ni armadores o jugadores que puedan ser conductores. Si Mareque el último domingo fue de lo mejor del equipo no es culpa de Garnero, es lo que hay.

Quizás muchos se olvidan de que Gallego, apenas llegado al Rojo, se comió tres goleadas históricas frente a Lanús, la reserva de Estudiantes y Banfield. Y que tiraba la culpa a los cuatro vientos contra el plantel. Y que se le armó un equipo que, con limitaciones y todo, peleó dos campeonatos hasta el final. Este plantel del Rojo, como dijo Bochini, no tiene la capacidad de pelear el torneo porque es muy inferior a lo que había hace cuatro meses, incluso cuando muchas veces fuimos críticos contra esos jugadores.

Si el proyecto que se pretende respaldar es serio, Garnero no debería estar atado al resultado de la próxima semana, sino continuar al menos hasta fin de año. Y entonces habrá que replantearse y repartir culpas en partes iguales para todos.

Emiliano Penelas

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Darilo dijo... 1 de septiembre de 2010, 10:00 p.m.

El Dani es el menos responsable de todo esto. Vino a poner el hombro y ver si se le dan los resultados con un equipo inferior a lo que tenía Gallego y bajo el verso del proyecto.

De todas formas él mmismo aceptó refuerzos de "medio pelo" que, ahora, le juegan muy en contra a la hora de encontrar un equipo.

No hay paciencia, el resultado manda, y esto porque este proyecto es una mentira muy evidente. La improvisación es total.

Sudamerica Futbol dijo... 1 de septiembre de 2010, 10:47 p.m.

Creo que Garnero es un idolo mas que usa esta dirigencia para manchar su nombre.. Primero se tienen que ir los Barrueco, los Mattera, los Comparada y despues , recien evaluar el rendimiento de Garnero.

http://sudamerica-futbol.blogspot.com/

La Caldera del Diablo dijo... 2 de septiembre de 2010, 4:11 a.m.

Darilo: creo que a Garnero no se le puede caer igual de la misma manera. Lo de "refuerzos mediopelo" es cierto, como que nadie lo obligó a agarrar este equipo, pero también creo que es entendible que si le dan la chance de dirigir a un equipo grande, sobre todo donde se formó, no lo dudaría aunque fueran 15 suplentes de un partido solteros vs casados.
En lo demás, coincido con ambos.
Saludos

Emiliano