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La elección de Garnero como DT completó la idea que impulsa el manager; se busca una gran interacción con los juveniles y refuerzos puntuales para mantener las aspiraciones a su figura.

Independiente siente que puso las cosas en su lugar con la asunción de Daniel Garnero como director técnico y el sorpresivo -para muchos- alejamiento de Américo Gallego. El primer ladrillo del proyecto, palabra que los dirigentes utilizan como preámbulo en su discurso, no se puso después del Clausura que ganó Argentinos, como piensa la mayoría, sino que quedó amurado en abril del año pasado, con la contratación de César Luis Menotti como manager.

"Cuando llegó César ya estaba trabajando el Tolo. Era otro momento y se trató de acoplar las piezas de la mejor manera. Ahora se buscó una hilación correcta de una idea desarrollada en conjunto entre la comisión directiva y la palabra fuerte de Menotti, que tiene injerencia en cada uno de los aspectos". La referencia de Cristian Mattera, secretario general del club, ilustra el cuadro de situación y señala un Norte sin bifurcaciones.

No se cansan de repetirlo: el ejemplo es Lanús. "A veces sentimos envidia. Ellos ya saben que cuando se vaya su técnico (Luis Zubeldía), el reemplazante será alguien que se viene formando desde las inferiores (Gabriel Schurrer). Aunque sabemos que eso es muy difícil de aplicar en Independiente porque las presiones son muy distintas", confió otra voz autorizada.

Con la confianza del presidente Julio Comparada como el crédito más sustentable, Menotti tomó las riendas y enseguida buscó para la dirección técnica a un hombre de la casa que tome más en cuenta sus consejos, algo que no ocurría con tanta fluidez con Gallego, pese a la cordial convivencia. Fue cuando apareció Daniel Garnero, ex jugador de Independiente y cuya única experiencia como entrenador fue en Arsenal, entre 2008 y 2009. A su lado estará Pablo Rotchen, también identificado con los colores.

Tendrá mucha importancia el selectivo con piezas que en cualquier momento podrán ser incluidas en equipo principal. A partir de ahora, la promoción de los juveniles será fundamental. Uno de los aspectos por mejorar, tal vez el primero, consistirá en utilizarlos y mantenerlos como principales alternativas. La intención es que no se repitan los casos de Patricio Rodríguez -el más conocido y el que más jugó-, Fernando Godoy, Nicolás Mazzola y Federico González, que debutaron y después estuvieron un largo rato marginados.

Las carreras del arquero Adrián Gabbarini, figura en el torneo pasado, y del zaguero Leonel Galeano son una especie de muestrario. Ambos surgidos desde las entrañas de los Rojos, se afirmaron como titulares y, según cuentan, ya habrían llegado buenas propuestas para llevarlos al exterior.

Habrá refuerzos, claro, pero con una política de compras medida, sujeta a posiciones puntuales y a las necesidades económicas de la institución. Vale recordar que aún no está terminado el Estadio Libertadores de América, al que le falta una inversión de unos cuantos millones para el final de la remodelación. Tal como ocurrió para la elección del técnico, la opinión de Menotti será determinante. Sólo se buscarán caras nuevas si aseguran un valor agregado que no podrá encontrarse en la cocina de Avellaneda. Por ahora no hay mayores novedades. Lo primero por resolver será la continuidad de Leandro Gracián, cuyo pase le pertenece a Boca -podrían entrar en la negociación Hilario Navarro y hasta Ismael Sosa-, de Ignacio Piatti y de Walter Acevedo. En tanto, se sugirieron los nombres de Juan Manuel Martínez, de Vélez; Cristian Pellerano, de Colón, y Maximiliano Velázquez, de Lanús.

Dicen que el conjunto de medidas no reducirá las aspiraciones, sino que las potenciará con un trabajo sostenido y lineal. En Independiente se sigue con atención el proyecto Menotti.

Francisco Schiavo
Diario La Nación, viernes 4 de junio de 2010

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