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Independiente le ganó 3 a 1 a Banfield y gracias a la derrota de Godoy Cruz volvió a la punta del Campeonato. El Rojo jugó un gran primer tiempo, pero sufrió demasiado en el segundo. Gracián, de mitad de cancha, clavó un golazo.

El grito fue un desahogo, Independiente hizo lo que tenía que hacer: le ganó a Banfield, se trajo los tres puntos del Sur y volvió a mostrarse, al menos durante los primeros 45 minutos, como el equipo con el fuego interior necesario para ser campeón.El Rojo fue mucho más que el Taladro en el primer tiempo. Con el apoyo de toda la gente, el equipo del Tolo puso la pelota sobre el piso, la trató bien, rotó por todo el frente de ataque a sus jugadores y mereció adelantarse en el marcador por intermedio de Silvera, que mojó luego de varias fechas.

Mancuello, el mejor en esa etapa, fue y vino por el lateral izquierdo, llegó hasta el fondo y tiró los mejores centros de la noche. Piatti controlaba y coordinaba los ataques, sin muestras de ninguna molestia, y muy bien acompañado por el Tano Gracián, que en su vuelta a la titularidad jugó un muy buen partido.

Banfield tiene lo suyo, era local, y no queríqa quedarse afuera de todo, por lo que empezó a tomarse el partio más en serio y con el desgaste hecho por Independiente encontró espacios en el fondo. El empate llegó a los 34' por intermedio de Rubén Ramírez y luego del inmerecido tanto vino lo curioso y espectacular.

Mientras Luchetti se quejaba de alguna molestia y los demás jugadores de Banfield estaban distraídos, el Rojo sacó rápido desde la mitad de la cancha, Gracián se avivó y la puso desde mitad de cancha en un ángulo para desatar la locura y gritar el segundo del Rojo, y aquí no ha pasado nada. ¿Cómo que no? ¡El gol del campeonato!

En la segunda parte el equipo fue otro. Se replegó por completo y le entregó la pelota y el campo al Taladro. Gallego hizo entrar a Fredes por Gracián. y a nuestro entender comprometió demasiado rápido la tenencia de la pelota. Cada centro de Banfield causaba un tembladeral en el área de Independiente.

Por suerte Gabbarini sigue demostrando por qué es el mejor arquero del Clausura, con dos memorables atajadas, una en cada tiempo.

Cuando el empate parecía ser inevitable, una pelota perdida es recuperada por Fredes, quien toca atrás para la llegada de Núñez y llegó el grito del tercero para el desenfreno. Dos horas más tarde, River recuperaba la memoria con Ángel Cappa en el banco y derrotaba a Godoy Cruz, para dejar al Rojo y a Estudiantes como nuevos líderes, hasta que juegue Argentinos el lunes. Pero esa será otra historia.

Emiliano Penelas

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