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Independiente no jugó bien y sufrió demasiado ante un racing demasiado flojo. Sin embargo, el Rojo le hizo caso a la historia y se quedó con el clásico, como siempre. Fue 1 a 0 con gol de Gandín, de penal.

Cómo se sufrió, y de qué manera se festejó. Estaba toda la presión del lado Rojo: el primer clásico como local en el renovado Libertadores de América, la levantada que se necesitaba luego del cachetazo de Vélez y el vecino que venía a aguar la fiesta aunque tuviera que colgarse del travesaño.

Independiente salió mucho mejor dispuesto a llevarse el partido, pero una distracción casi al comienzo le hizo frenar un poco el entusiasmo: la primera fue un cabezazo al travesaño de racing, que sin embargo se quedó en eso. Buen trabajo de Piatti, Mareque se proyectaba por su lateral y el Cuqui parecía no estar en su tarde, desperdiciando tres situaciones claras dentro del área.

El partido se empezó a trabar en el medio, Russo hizo un planteo mezquino, como se esperaba, y el Rojo tenía pocas ideas para quebrar la línea defensiva. Gandín sigue sin demostrar cuál es su puesto en la cancha, a Acevedo la marca solo en el medio terminaba desbordándolo y Fredes poco aportaba en la creación. Así las cosas, las mayores chances del Rojo estaban puestas en las pelotas paradas, pero tampoco eran solución.

Se moría el primer tiempo y no eran buenos los augurios, por eso la mano de Lluy (evidente, sin discusión posible) en el área fue clave para abrir el partido, y finalmente cerrarlo. Pittana no dudó, penal para el Rojo y el Chipi, especialista en clásicos, puso el único gol del encuentro.

La segunda parte fue otro partido. racing tenía que salir a buscar al menos el empate e Independiente debía aprovechar los espacios para el contraataque. Sin embargo, el equipo retrocedió bastante sobre el terreno de juego y le dio la iniciativa a un rival que por suerte nos explicó por qué pelea el descenso, ya que no supo qué hacer.

La expulsión de Hauche, llegando al cuarto de hora, dejaba todavía más espacios para el Rojo. Se hacía imprescindible la entrada de alguien que pudiera jugar con Piatti y asistir a Silvera, pero Gallego demoró el ingreso de Gracián y Patricio Rodríguez, que sin embargo, y gracias a recibir dos amarillas, se iría expulsado y sin poder sacarse el cartel de Patito.

Encima el Rojo no pudo manejar bien ningún contragolpe, Mareque ya no subía y Piatti se fue diluyendo con el correr de los minutos. El partido no se liquidaba y Aveldaño estrellaba un disparo desde 30 metros en el travesaño. Los nervios empezaron a jugar una mala pasada, racing se iba "a la carga Barracas" y con uno menos intentaba el empate heroico.

Por suerte no hubo tiempo para más, y se terminó sufriendo demasiado un triunfo que podría haber sido más holgado, de haber tenido más precisión en la contra. Los demás resultados jugaron a nuestro favor, y el Rojo está nuevamente ahí arriba.

Emiliano Penelas

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Darilo dijo... 28 de febrero de 2010, 9:26 a.m.

Me quedo con el gran festejo final de los jugadores, tengo la esperanza de que el equipo despegue definitivamente a partir de ahora, aunque estos 6 primeros partidos todavía no dejaron en evidencia que estamos para campeón.
De Racing qué se puede decir, como mínimo tienen destino de promoción.
Abrazo!

La Caldera del Diablo dijo... 28 de febrero de 2010, 3:01 p.m.

Es cierto, Independiente no mostró nada todavía, salvo quizás un tiempo contra Newell's y otr ocon Estudiantes, pero está verde el equipo. Claro que ganar el clásico ayuda, y esta semana será importante ganarle a Tigre para esperar a River luego.
Abrazo

Emiliano