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Hoy cumple 56 años el máximo ídolo de la historia Roja, Ricardo Enrique Bochini. Además, hace 32, lo festejaba en Córdoba con el gol del triunfo ante Talleres, para coronar la vuelta olímpica con ocho jugadores.

El 25 de enero de 1954 nacía en Zárate, provincia de Buenos Aires, Ricardo Enrique Bochini, quien sería el más grande futbolista que se pusiera la camiseta Roja, y uno de los mejores números 10 de la historia del fútbol argentino.

El Bocha llegó a Independiente luego de haberse probado primero en Boca y luego en San Lorenzo, donde por suerte no le dieron esperanzas. Nito Veiga, otro grande de la historia Independientista, lo vio y le dio lugar en Avellaneda.

Defendió los colores del Rojo, únicos en toda su trayectoria, desde el 25 de junio de 1972, con 18 años, hasta el 5 de mayo de 1991, cuando debió retirarse a los 37, por lesión. En el medio, jugó 634 partidos y 97 goles por competencias locales.

A Independiente le dio 16 títulos para sus vitrinas: cuatro campeonatos locales (1977, 1978, 1983 y 1988/89), cuatro Copas Libertadores (1973, 1974, 1975 y 1984), dos Copas Intercontinentales (1973, 1984) y tres Copas Interamericanas (1973, 1974 y 1976). Además, fue Campeón Mundial con la Selección en México '86, jugando unos minutos en la semifinal ante Bélgica. ¡Feliz cumple, Maestro!

Un cumpleaños distinto
La casualidad (o quizás no) quiso que el día en que Bochini cumplía 24 años fuera una noche inolvidable para el crack y toda la afición Roja. Aquel 25 de enero de 1978 se disputó la final del Nacional 77 en Córdoba e Independiente (gracias al Bocha) conseguía empatarle a Talleres con ocho hombres, y dar la vuelta olímpica en la Docta.

El equipo que dirigía José Omar Pastoriza había igualado 1 a 1 en Avellaneda y debía ir a Córdoba en desventaja, por la expectativa que su primer título desperaba en los hinchas de la T, que serían campeones triunfando o igualando sin goles. Independiente se puso en ventaja a los 29 minutos gracias a Norberto Outes.

Sin embargo, a los 14' del complemento el árbitro Roberto Barreiro pitó penal para el local, que igualaba a través de Ricardo Cherini. A los 24', Ángel Boccanelli ponía el 2-1 para Talleres. Los jugadores Rojos le reclamaron airadamente una mano del delantero cordobés y el juez expulsó a Omar Larrosa, Rubén Galván y Enzo Trossero por conducta desmedida.

Independiente, con ocho jugadores y veinte minutos por jugar, fue por la hazaña y la encontró en los pies del ídolo, que construyó una serie de paredes con Mariano Biondi y Daniel Bertoni para clavarla en el arco Tallarín a los 38' y desatar la locura del empate que daría un nuevo lauro al Diablo.

"(Rubén) Pagnanini me dejó la pelota en el medio de la cancha. Gambeteé a uno, se la toqué a Bertoni, que se la dio a Biondi. Cuando salió (Rubén) Guibaudo, Mariano hizo una gambeta larga para sí mismo, levantó la cabeza, me vio y me la tiró", narró Bochini. "Yo venía a la carrera y, como había dos jugadores de ellos tapando el arco, le pegué bien arriba. Entró ahí nomás, apenas debajo del travesaño", dijo en declaraciones reproducidas por la agencia Telam.

Ese día el Rojo volvía a hacer historia, y seguramente al Bocha, que celebraba 24 pirulos, le quedó dando vuelta una frase pronunciada por el Pato Pastoriza: "Con este triunfo los muchachos se recibieron de hombres''.

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