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Adrián Gabbarini debutó como titular en el arco del Rojo luego de más de dos años como suplente. El chico surgido de Inferiores no lo hizo mal, y no tuvo responsabilidad en los goles. Ahora, el clásico.

Al minuto de juego le tocó una difícil, de esas que sirven para medir a los arqueros, respondió con seguridad y se ganó los primeros aplausos de la noche. Adrián Gabbarini, tras 83 partidos como suplente, pudo al fin debutar desde el comienzo de un partido, tras haber reemplazado a Hilario Navarro los últimos 16 minutos del partido frente a Estudiantes.

El arquero, surgido de las Inferiores del Rojo, tuvo un buen partido, sin responsabilidades en los goles. El primero, de penal, fue ejecutado dos veces (hubo invasión de campo en la primera) por el uruguayo Hernán Rodrigo López, ambas arriba, fuerte, sin dejarle opciones al arquero. En el segundo tanto, Cristaldo entró sin marca por el medio del área. Cuando Gabbarini salió a achicarle el delantero de Vélez la punteó por encima de su cuerpo.

"Voy a defender un arco muy grande del fútbol argentino", decía Gabba antes del encuentro con Vélez, y cumplió con las expectativas de todos, en un puesto clave donde desde hace mucho tiempo Independiente le saca una ventaja a todo el fútbol argentino.

Con Hilario Navarro todavía sin posibilidades de volver a jugar, al arquerito le tocará vestir la camiseta desde el arranque nuevamente ni más ni menos que en el clásico ante racing. Cuando salía del vestuario, sin hablar con la prensa, bromeaba y daba a entender, al pasar, que la situación no lo iba a hacer achicar.

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