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Independiente le ganó a Central por 3 a 1 con un triplete del capitán y figura de la cancha, Daniel Montenegro. El Rojo jugó muy mal el primer tiempo, y aunque mejoró en el segundo, las causas de la victoria están en los pies de un jugador desequilibrante.


Bajo una lluvia que por momentos fue muy fuerte, Independiente derrotó a Rosario Central con tres goles de Montenegro, el jugador de la cancha y de este Rojo que sigue sin encontrar un rumbo futbolístico, pero que sin embargo esta tarde lo ayudó la suerte y pudo quedarse con tres puntos muy valiosos desde lo anímico, previendo que se vienen quince días de receso por los partidos de la Selección.

Hasta el entretiempo, si Central no había anotado algún gol era por tres motivos. El primero, por impericia propia de sus delanteros en el momento de la definición. Luego, porque Assmann se lució en un par de oportunidades bajo los tres palos, sacando pelotas del ángulo o cubriendo un par de mano a mano con los delanteros Canallas. La última, una pizca de mala suerte, que esta vez acompañó al Rojo.

Es que en el primero de los tres tiros que fueron al arco en la primera mitad, el pique de la cancha lo favoreció a Montenegro y perjudicó al arquero visitante, que vio como ese centro extraño terminó convirtiéndose en gol cuando Independiente no había pisado siquiera el área rival. Luego hubo otro tiro del Rolfi a las manos de Broun, y un cabezazo débil de Churín que controló sin problemas el uno rosarino.

En esa primera mitad se repitieron los errores en defensa que ya estamos acostumbrados a ver, Gavilán y Rodríguez no pueden marcar en los laterales, y se empecinaron tanto ellos como los centrales en darle la pelota a Assmann aún con el riesgo que la cancha pesada suponía para el arquero, que rechazó con riesgo en un par de oportunidades.

En la segunda parte Central salió a buscar el partido un poco más arriba, necesitado de puntos para paliar su dura lucha con el promedio del descenso, y con un equipo un poco más equilibrado con el ingreso de Vittor por Ríos, Independiente le pudo jugar de contragolpe y liquidar el pleito con otras dos grandes muestras de talento de Montenegro.

El primero a los 21 minutos, con un remate desde afuera del área que el Rolfi puso abajo junto al palo. El tercero, que significó el aplauso para el nuevo goleador del campeonato fue un soberbio tiro libre que decretó definitivamente el cierre del partido, pese a que Central descontara sobre la hora.

Ojalá estos días que vienen puedan acomodar un poco el panorama dentro de Independiente, y terminemos el torneo lo más dignamente posible.

Emiliano Penelas

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